En lo que ha transcurrido de 2021, en Ourense se han registrado 23 muertes de naturaleza suicida, según los datos de los forenses, y en el mismo periodo los siniestros de tráfico han causado 5 víctimas mortales, según la Jefatura Provincial de la Dirección General de Tráfico (DGT).

“Es importante que todos los pacientes con una sintomatología depresiva o con ideas de ruina o desesperanza lo cuenten al médico de cabecera, a un familiar o al psiquiatra, porque deben saber que existe solución sanitaria y el sistema tiene recursos"

La tendencia de 2021 es superior a la del año pasado, que finalizó con 31 fallecimientos autoinfligidos y 14 por accidentes de circulación –fueron 37 y 16, respectivamente, en 2019–, una cifra del Instituto de Medicina Legal (Imelga) más elevada que los 12 fallecidos de tráfico en 2020 en Ourense que computa la DGT –9 en siniestros en carretera y 3 en sucesos urbanos–, puesto que los forenses también consideran muertes viales las de los heridos graves que fallecen días e incluso meses después, así como las de los tractoristas que sufren un percance mortal, aunque no hubiera ocurrido en una carretera, sino en una pista o una parcela privada.

Sobre el problema de salud pública que constituyen los suicidios, y para terminar con el estigma y esa cierta ocultación de una realidad mucho más frecuente que la más visible de los accidentes mortales de tráfico, Julio Jiménez, responsable en la provincia de Ourense de los forenses, recuerda que “es importante que todos los pacientes con una sintomatología depresiva o con ideas de ruina o de desesperanza lo cuenten al médico de cabecera, a un familiar o al psiquiatra, porque deben saber que existe solución sanitaria y el sistema tiene recursos para abordar esas situaciones”.

Según la estadística de autopsias de los forenses, la provincia registró 44 fallecimientos suicidas en 2012, 48 en 2013, 31 en 2014, 31 en 2015, 35 en 2016, 46 en 2017, 40 en 2018, 37 en 2019 y 31 el año pasado.

El representante ourensano del Imelga subraya que el área sanitaria cuenta con una unidad de prevención del suicidio que interviene de inmediato con los pacientes que requieren una ayuda urgente. Tiene su sede en el centro de especialidades de la calle Concello.

También están a disposición de cualquier ciudadano los teléfonos de emergencias del 112 y el 061, y el de la esperanza (717003717). Recurrir a los expertos ofrece una salida y también pone en contexto cuadros como el de pacientes con patologías menos graves o banales que creen que la enfermedad es irreversible y se quitan la vida. Estas y otras situaciones se pueden prevenir con la ayuda especializada.

Aumento de los internamientos en residencias

El número de periciales psicológicas subió en Ourense de 190 a 236, de 2019 a 2020. El número de dictámenes en total creció el año pasado pese al parón de consultas en la primera ola. Se realizaron más para evaluar la capacidad psiquiátrica de cara a una incapacitación –de 186 a 419 informes–, la imputabilidad –de 29 a 93– o el grado de adicción de los investigados. Los internamientos en residencias también aumentaron, con 176 informes en 2019 y 552 en 2020. Desde marzo de 2020, salvo casos muy puntuales, los forenses no han hecho evaluación presencial en geriátricos, para evitar contagios. Se triplicaron los informes sobre custodias de menores: de 38 a 108.

En un contexto de quinta ola de la pandemia, con la situación asistencial “al límite” en la atención primaria y en el hospital, según advirtió esta misma semana el Colegio de Médicos de Ourense, Julio Jiménez considera necesario que la carga de pacientes por médico se reduzca, así como recuperar la atención presencial para poder valorar mejorar las situaciones que puedan entrañar riesgo suicida.

“Para evaluar adecuadamente el riesgo es importante la presencialidad, para que el médico del centro de salud pueda ver gestos, no solo escuchar palabras, una información que puede influir a la hora de determinar la gravedad. Además, no se puede pretender evaluar la situación de salud mental de una persona con solo 3 minutos de consulta y 50 pacientes que ver en una mañana”, avisa Jiménez.

Esta semana, el presidente del Colegio de Médicos de Ourense, José Luis Jiménez, hablaba en este periódico de la situación crítica que arrastran los profesionales de la atención primaria: “Tienen agendas muy poco posibles de sostener, con entre cuarenta y cincuenta pacientes cada día, y hay compañeros del rural que están atendiendo las consultas telefónicas de otros municipios que, a veces, incluso están un poco alejados del que a ellos les corresponde atender”.

Colas en el centro de salud de A Cuña. // F. CASANOVA

El colapso en la primera ola llevó a los forenses a certificar 26 defunciones

Durante mes y medio de la primera ola, hasta finales de abril de 2020, los forenses asumieron una atribución habitual de los médicos del 061 o centros de salud: certificar los fallecimientos por causa natural registrados en geriátricos o en los domicilios. El Imelga prestó su apoyo “con el objetivo de que PAC y urgencias no se colapsasen”, en un momento inicial de la pandemia en el que existía el temor de que la capacidad asistencial se viera desbordada por una enfermedad nueva.

“Apenas había material de protección y hubo que buscarse la vida para poder tener un EPI. Para quitártelo lo pasabas mal, porque entonces había miedo al contagio por contacto”, señala el forense Julio Jiménez. Los médicos del Imelga certificaron 26 defunciones en ese mes y medio, no todas con diagnóstico de coronavirus por COVID –las PCR escaseaban–, sí con sospechas.

Personal del Imelga

Dos equipos psicosociales, ocho forenses y dos auxiliares de autopsias conforman el personal técnico del Imelga en Ourense. “La ratio está más o menos bien pero el volumen de trabajo sube”, indica Julio Jiménez, que considera necesarias más manos “para la gestión del sistema informático, las agendas y las citaciones, para depender menos de los juzgados”.

Tres positivos en alcohol y uno en drogas entre 14 víctimas viales

Los forenses realizaron analíticas a 11 de los 14 fallecidos en siniestros de tráfico en 2020. Se detectaron 3 positivos en alcohol –un peatón entre ellos– y uno en drogas (cocaína más heroína). En las alcoholemias hubo una próxima al coma etílico, de 3,44 en sangre (1,72 en aire), otra de 3,02 y otra de 2,64.