El garito meteorológico que desde hace 25 años está en la comarca de O Ribeiro bajo la supervisión de Pablo Rodríguez Fernández, presidente de la Asociación Ridimoas de Beade, está revelando este año un dato muy importante y excepcional. Y es que el agua de lluvia es de “alta calidad”, con un PH neutro, casi sin acidez o ninguna en la mayoría de los casos, y ello es muy positivo para la viticultura. Pero en cambio, esta primavera no ha sido la mejor para este cultivo en cuanto a lluvias, con temperaturas bajas y mucha humedad, que favorecen la aparición de hongos.

En 2020 en la comarca de O Ribeiro, donde existe la D.O. más antigua de Galicia, se registraron 8.97.8 litros de agua de lluvia por metro cuadrado, frente a los 1.033.8 de 2019 que fueron “bien repartidos en los meses”. La media en este territorio es de alrededor de los 1.000 aunque ha habido algún que otro año muy seco y también demasiado lluvioso. En lo que va de 2021 enero registró 126.5 litros frente a los 88.5 del año anterior, febrero 248.3 frente a los 25.1 de 2020, marzo solo 7.4 respecto a los 124.7 del año anterior, abril solo 93.4 frente a 136.4, mayo 55.2 frente a 32.0, y junio 83.2 respecto a los 16.9 litros de 2020.

Para la viticultura las lluvias continuas, las humedades, nieblas, favorecen los hongos, y esta primavera Rodríguez apunta que “yo vi que cepas de tinto fueron más vulnerables que las de blanco en hojas y racimos” . Asegura que esta estación “no fue nada propicia para el cultivo” pero como siempre gracias al gran esfuerzo de los viticultores y sus tratamientos se va a conseguir que haya producción.

Afortunadamente, para compensar y evitar que los daños fueron aún mayores, lo que va de 2021 está siendo una año “excepcional” en la calidad del agua de lluvia. Apunta que en 25 años que lleva al frente del garito meteorológico, que se basa en el programa Globe de la Nasa, es la primera vez que detecta “más calidad que la de una botella de agua”, tan neutra, lo que ha ayudado mucho ya que la lluvia ácida “hace mucho daño” en este cultivo. Dice que un PH tan bajo no es “nada común”, y que esto ha sido “algo excepcional, desde que tomamos datos de la acidez éste es el mejor año”.

Pero este fenómeno puede cambiar de una comarca a otra.