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El turismo se resiente por el aumento de los contagios y la falta de oferta termal en la capital

Los hoteles no superan el 80% de ocupación, en los mejores casos, y Outariz funciona al 50% de su aforo por las restricciones

Un grupo de turistas, con mascarillas, conociendo los secretos de la catedral de Ourense. | // IÑAKI OSORIO

Con un tiempo que no está dejando un verano muy estable en Galicia y una incidencia acumulada disparada en lo que a coronavirus se refiere en la provincia, el sector del turismo se resiente en Ourense, pese a que en lo que va de julio ya han pasado 2.871 visitantes por la oficina de turismo municipal, frente a los 1.462 de junio.

Al aumento en los contagios y el endurecimiento de las medidas en la hostelería, en la ciudad de As Burgas se suma otro problema que repercute en cuántas personas se animan a conocer la capital: las únicas termas abiertas son las de Outariz, de pago y el aforo está limitado a un máximo del 50% debido a la situación epidemiológica. Además, los martes cierran –por necesidades de higiene y cuidado de las instalaciones y el agua–. Este hecho, según cuentan desde el Hotel Carrís, en la céntrica calle de Cardenal Quevedo, provoca que hayan descendido las reservas y que, aquellos que se animan igualmente a venir a Ourense muestren su enfado por la situación.

En esta instalación afirman que, de momento, no han sufrido cancelaciones, pero que la ocupación máxima prevista para este mes es del 80%. Una cifra muy diferente a la que barajan en el Hotel Princess, en la avenida de la Habana, en el que para este mes y el que viene estarán, si la situación no mejora, al 60% de su capacidad. Preguntados por posibles cancelaciones ante la mala situación no dudan en responder: “Ya hemos tenido una de un grupo que iba a venir ahora a final de mes y sí, hay muchos que vienen y se llevan una mala imagen por venderlo como turismo termal con solo una instalación privada abierta”.

El presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería de Ourense, Ovidio Fernández Ojea, considera que este verano tampoco va a suponer una recuperación para el sector, que “acumula pérdidas desde que comenzó la pandemia a principios de 2020”.

Mayoría de turismo nacional

Este mes, la amplia mayoría de los que recorren la ciudad provienen de España, tan solo 130 son de otras provincias gallegas y Portugal y Suiza son los países más repetidos entre los turistas internacionales –19 del país vecino y 17 del de los Alpes–. De la gran afluencia de franceses e ingleses de otros años, ni rastro. Ni siquiera haciendo el Camino de Santiago, donde algunos se encuentran, aunque en raras excepciones.

Destacan eso sí, desde la oficina municipal de turismo, un cambio en las pernoctaciones: si antes la medía estaba en los 1,8 días, perciben que los que llegan a Ourense pasan cada vez más noches.

“Tenemos que apostar por el turismo de proximidad y nacional. No podemos depender de países como Francia o Gran Bretaña porque, aunque son potencialmente importantes para el sector español, van a estar continuamente oscilando en función de las circunstancias que se vayan dando con respecto a la COVID-19. Todo ello afecta a una hostelería que ahora, además, se ve en el compromiso de solicitar información acerca de la inmunización de los usuarios”, resalta Fernández Ojea. “Está claro que los británicos tienen ganas de venir, porque ya se ve lo que pasó en cuanto se abrieron las islas al turismo. Lo que pasa que la Península para ellos está en rojo”, lamenta.

En esta línea, resalta el presidente de la entidad que no hay datos que reflejen una situación positiva para el término de la época estival o del año 2021. “Esperemos que en 2022 nos dejen trabajar, porque esto ha venido para quedarse y nosotros queremos trabajar”, finaliza.

La odisea de viajar desde Reino Unido a Ourense

Llegar a España, y a Galicia en concreto, se complica para los que viajan desde el extranjero. Silvia Jiménez lo resume muy bien: “Para entrar me tuve que hacer una PCR, con el gasto que eso supone, y volar a Madrid, porque a Vigo es imposible encontrar ningún avión. A Santiago de Compostela hay, pero te arriesgas a cancelaciones, como me pasó a mí. Así que la gente lo que hace es volar vía Barajas y a partir de ahí moverse”, relata sobre su experiencia a principios de este mes de julio.

Pasó una semana con sus padres en A Guarda (Pontevedra) y luego recaló en Ourense para visitar a familiares. “Siempre que puedo vuelvo porque yo trabajé aquí un verano y disfruto mucho de la ciudad. Pero reconozco que la zona termal está mucho peor que hace años”, confiesa ya desde su casa en Londres.

Para entrar nuevamente en el país en el que trabaja y reside tuvo que hacerse una prueba de antígenos y tener reservados otros dos test que debe realizarse durante la cuarentena obligatoria, de 10 días, para aquellos que solo cuentan con una dosis de la vacuna. “Por la prueba de antígenos volví un día antes a Madrid porque volaba el domingo y el sábado no encontré ninguna clínica que me realizara la prueba en Ourense”, explica. Ella trabaja desde casa y la cuarentena no le imposibilita seguir con su vida, pero entiende que ante el aumento de coste y el calvario que supone viajar, la gente opte por quedarse en Reino Unido. “Si no estás jubilado y tienes vacaciones de sobra, no puedes hacerlo”, finaliza.

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