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Monodosis para los repescados

Una mujer recibe la monodosis Janssen en la jornada de repescas en el Paco Paz. | // FERNANDO CASANOVA

El pabellón Paco Paz vivió ayer una intensa jornada de vacunación. Por la mañana estaban citados 1.895 ourensanos de 30 a 39 años para recibir la primera dosis de Pfizer y por la tarde tocó turno de repescas. Dos mil personas que no acudieron en su fecha y que reprogramaron su cita. Desde trabajadores a los que fue imposible acudir, a despistados que no vieron el SMS e incluso usuarios que estaban pasando el COVID-19 cuando recibieron el mensaje.

Agarrado de un brazo a su hija y con el otro apoyado en un bastón, un hombre de 95 años busca una silla en la que sentarse en la zona de espera del punto de vacunación masiva instalada en el Paco Paz. Acaban de pincharle la monodosis Janssen y debe aguardar 15 minutos antes de regresar a casa. Con su edad, tendría que haber recibido la doble pauta con Pfizer en abril, pero en ese momento era uno de los pacientes con COVID-19 del área sanitaria de Ourense. Estuvo ingresado en el CHUO con su mujer y ambos superaron la enfermedad pero ella, en tratamiento oncológico falleció poco después. También su hija se contagió pero fue asintomática. Ayer acompañó a su padre a vacunarse porque este hombre, con 95 años, quiere viajar este verano al sur de Francia.

Ser positivo al COVID-19 es una de las causas justificadas para perder una cita con la vacuna. Pero no la única. Cuando un ciudadano comunica una renuncia o simplemente no acude, por lo que sea, a la convocatoria, el Sergas vuelve a programar. Ayer fue jornada de repescas en el Paco Paz y eran 2.000 los ourensanos convocados en horario de tarde, todos con la vacuna monodosis de Janssen.

Zona de espera en el Paco Paz. Fernando Casanova

Entre ellos Maribel, de 41 años y vecina de Maceda, que tenía una lesión de rodilla cuando le llegó el SMS con la cita, el pasado mes de junio. “No podía andar y llamé para cambiarla. Me citaron ahora y aunque no me he recuperado del todo, al menos puedo caminar y no quería perderla”, cuenta mientras espera los 15 minutos. De haber podido acudir en la cita original le habría tocado Pfizer y, por lo tanto, doble pauta. “Casi prefiero así, porque el desplazamiento supone un problema y ahora no tengo que volver. Una vez y ya estoy vacunada, aquí queda mi aportación a la sociedad, porque esto es una cosa de todos”, señala. Además, dice, una dosis y una única posibilidad de tener malestar. “Estoy tranquila, confío en la ciencia”, apunta.

Renuncias al saber que tocaba Janssen

No todos piensan igual. Algunos de los convocados por repesca se salieron de la fila y regresaron por donde habían venido al saber que les pondrían Janssen. De esto fue testigo Francisco, de 52 años, que no acudió en su turno por puro despiste. “Tenía desactivado el sonido y no vi el mensaje hasta varios días después”. Comunicó la incidencia al Sergas y lo convocaron para este sábado. “Y aquí estoy. No tenía ninguna preferencia pero lo bueno de esta vacuna es que no tengo que volver”. Otra mujer unas sillas más allá cuenta que su número de móvil estaba mal registrado y el SMS no le llegó. “Tengo 44 años y me extrañó que llamasen a mi hermana de 37 y a mí no, fue una incidencia”.

La enfermera coordinadora de esta jornada de vacunación Melania Fraga, destacó la “buena afluencia” ayer, en relación con otras repescas: “Suele acudir menos gente y es difícil organizarlas”, señala. En otra ocasión, también con 2.000 citados, se presentaron 700. “Es el problema que nos encontramos, muchas ausencias son por causas justificadas pero otras no sabemos”, explica. “Esta cita es como cualquier otra cita médica y damos justificantes para el trabajo, pero mucha gente no viene por cuestiones laborales”, apunta.

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