En el año 1999 se inauguraba en un rincón de Allariz un bosque convertido en obra de arte. El pintor y escultor Agustín Ibarrola (Basauri, 1930), autor material e intelectual de la misma, se desplazó hasta Ourense –cargado de la pintura biodegradable con la que ya había decorado otros espacios naturales de España– con el propósito de armonizar la presencia del arte en la naturaleza y de la naturaleza en el arte. Veintidós años después, el tiempo y la meteorología han provocado que los lienzos necesiten ser restaurados.

Ibarrola se sirvió de soportes como rocas de granito y pizarra, o árboles, para culminar sobre ellos pinturas de motivos geométricos y medioambientales.

“Unha das alumnas do noso centro realizou un traballo de fin de curso no que analizaba o estado de conservación das obras que aquí se atopan. Agora, o que imos facer é un estudo pormenorizado de cada unha das pezas”, explicó la vicedirectora de la Escuela Superior de Conservación de Bienes Culturales de Galicia y directora del proyecto, Andrea Fernández.

Nueve estudiantes, guiados por 4 profesores, se encargarán de que el bosque de O Rexo –que se inauguró una noche de San Juan por deseo del artista– sea analizado para saber cuál es el proceder más respetuoso con la obra y el entorno, puesto que se trata de un espacio en el que conviven diferentes especies animales y vegetales. En total, más de 70 piedras y 14 árboles volverán a lucir como recién pintados.

Representantes de entidades que participan en la restauración. | // F. C.

“As obras de arte contemporáneo teñen uns criterios de intervención moi singulares que distan dos que se empregan para as obras clásicas”, expuso la directora del proyecto. A ello se suma la dificultad de adaptar al tamaño actual de los árboles –que continuaron creciendo con el tiempo– las pinturas en las mismas proporciones.

Hay dos posibilidades: intervenciones de corte tradicional –con las que se trataría de conservar la pintura existente el mayor tiempo posible, limpiando las partes dañadas– o repintar si los administradores del legado de Ibarrola se decantan por esta opción. “En calquera dos dous casos, queremos deixar constancia de como é a pintura neste momento, por iso imos estudar con moito coidado como se atopan agora”, argumentó.

El propio Agustín Ibarrola planteó la posibilidad de que el proyecto fuese temporal o permanente (lo que implicaría la necesidad de labores de mantenimiento y conservación). “Nós decantámonos pola segunda opción e hoxe comeza o paso previo para elo, coa análise das condicións nas que se atopa o conxunto artístico”, explicó la regidora de Allariz, Cristina Cid.

La familia del autor supervisará los trabajos

El artista contó en varias ocasiones cómo influyó en el proceso de creación el origen celta y la fisionomía de Galicia. En su página web se recoge sobre este trabajo lo siguiente: “Si metalizo una roca con papel plateado no estoy transformando solamente esa roca, convirtiéndola en escultura. Estoy haciendo alusión al cielo, al recorrido del sol, que es el hilo conductor de muchas cosas. A veces, en paisajes como los de Galicia tengo en cuenta el mundo cultural céltico. Mi manera de pintar las rocas de Allariz, por ejemplo, es muy distinta de lo que antes había hecho en el País Vasco”. La restauración de las obras del bosque de O Rexo comienzan cuando todavía no han terminado las labores de recuperación del bosque de Oma (en la reserva natural de Urdaibai, Euskadi) y cuyos árboles sufren una enfermedad. Según apuntó a alcaldesa de de Allariz, la familia Ibarrola ya dio todas las autorizaciones precisas para poder realizar las tareas de mantenimiento y se espera que los trabajos terminen antes del próximo verano. “Trátase da primeira intervención de mantemento que se fai desta envergadura, aínda que se vixiou e coidou ao longo do tempo”, destacó la regidora, que estuvo acompañada de la concejal de Turismo, María López, y el concejal de Cultura, Alberto Conde. El bosque está formado por una serie de rocas traídas de canteras, colocadas en línea a la vera del río Arnoia y pintadas. Ibarrola escogió algunos de los árboles de la orilla, que fueron también pintados y añadidos así a esta extraordinaria exposición permanente.