Sesenta días de trabajos comunitarios y 2 años de alejamiento. Es la condena que aceptó ayer un acusado de coacciones a la que había sido su pareja unos meses. No asumió la ruptura, que se produjo en mayo de 2020, y remitió reiterados mensajes de texto y voz, tanto de día como de noche. En ocasiones, la llamó 80 veces en un día y la amenazó con difundir en redes sociales aspectos de la vida privada y familiar de ella.