José Augusto A. M., de 52 años, reconoce que acosó sexualmente a una joven menor de edad que trabajaba como camarera en una cafetería del encausado en Verín. La víctima tenía 16 años cuando ocurrieron los hechos. El acosador se conformó ayer en el juicio, en el Penal 1 de Ourense, con una pena de 6 meses de prisión y 2 años de alejamiento de la perjudicada, a un mínimo de 150 metros, sumado a la prohibición de comunicarse por cualquier medio con ella.

Además deberá abonarle 1.500 euros, en concepto de daños morales, y también debe pagar 150 euros por la ansiedad que le causó, así como otros 362 euros al Sergas por los gastos de la atención a la víctima. Son los términos del acuerdo de conformidad entre la Fiscalía, la acusación particular y la defensa.

El autor del acoso sexual, en la vista de ayer, en la que ratificó la conformidad. // F. C.

La entonces menor comenzó a trabajar en la cafetería del acusado en mayo de 2018. En un principio, la relación laboral fue correcta pero, a partir del 25 de junio de ese año, el varón empezó a enviar a la empleada mensajes a través de WhatsApp, intentando quedar con ella fuera del trabajo y seducirla.

En esas comunicaciones le decía que le gustaba el escote que llevaba y que a ver cuándo se lo dejaba tocar. También llegó a preguntarle si había hecho el amor y mostraba su intención de quedar con ella para ir a dar una vuelta en coche o para “gozar de la vida”. El acosador también manifestaba su deseo de querer darle un beso, o su tristeza si otro la llevaba a casa.

Sufría un “ambiente hostil”

En una ocasión, en fecha no concretada, el acusado aprovechó que hacía labores de limpieza en la barra para tocar las nalgas a la víctima. Ese mismo día, el hombre puso el brazo sobre los hombros de la víctima y le tocó los pechos.

Como consecuencia de sufrir este acoso sexual, la víctima menor de edad cogió una baja. La situación provocada por el encausado le generó ansiedad por la que tuvo que recibir asistencia sanitaria. La adolescente decidió abandonar su puesto de trabajo, “como consecuencia del ambiente hostil generado por el comportamiento del acusado”, según recoge el escrito del fiscal, que aceptó el acusado.