La provincia de Ourense ha perdido más de 1.700 censados en el último año, según los últimos datos publicados ayer por el por el Instituto Nacional de Estadística, lo que supone caer de los 306.872 que había a principios del pasado año, a los 305.169 de la actualidad.

Pero mientras la población autóctona sigue experimentando ese saldo vegetativo negativo, de un -11, marcado por un mayor número de nacimientos que de fallecimientos y con un continuo éxodo de persona en edad laboral a otras provincias gallegas o países de ámbito internacional, el censo de población de otras nacionalidades se ha situado en las casi 17.000 personas, en concreto 16.970 lo que supone un aumento de en torno a 900 más.

Así mientras la población residente en Ourense de nacionalidad española era de 290.7063 personas hace un año, ahora ha caído a los 288.199, y ese aumento del censo de personas de otras nacionalidades se ha producido sobre todo en los que proceden de otros países sudamericanos que se han situado en 5.576, frente a los 5.107 que había hace un año, lo que supone casi medio millar más en solo doce meses, Mucho tiene que ver con ello el continuo éxodo de personas procedentes sobre todo de Venezuela, un flujo casi constante de entrada, amparado en la doble nacionalidad de algunos de los hijos de emigrantes nacidos en aquel país.

Si bien el censo de personas de otros países de la UE está en los 7.190, de los cuales la amplia mayoría son del país luso, destaca también las 1.377 personas procedentes de países de Centro América Caribe.

De África hasta As Burgas, como Ibrahim y Baye

El censo de personas procedentes de países africanos, muchos de ellos de Senegal, también ha subido ligeramente de los 1.168 a los 1.252 este año. Vienen siguiendo la estela de algunos nuevos mestizos, por su acento a medio camino entre su país de origen, Senegal y el gallego, como Ibrahim y Baye que recalaron hace lustros en Ourense, y ahora regentan como dos rianxeiras más, uno de los puestos más vistosos del rianxo, el de Frutería Samuel, su antiguo jefe. La integración con los paisanos de esta nueva Galicia mestiza, mucha veces una forma de sobrevivir, otras se mantienen más en sus propios guetos, como los 564 asiáticos asentados en Ourense, casi una treintena más en el último año. Como curiosidad el censo suma 5 apátridas.