Ya lo estaban deseando y cuando arrancaron sus motos hicieron rugir con gusto los motores. Tras un año largo sin quedadas ni rutas colectivas, el Club Vespa-Lambreta Avispados de Ourense retomó ayer la actividad.
El parón, obligado por la pandemia y las restricciones sociales, rompió su calendario de reuniones habituales pero el grupo se ha mantenido igualmente en contacto todo este tiempo.
El regreso a la carretera consistió en un rally fotográfico en el concello de Amoeiro durante la mañana con comida en un restaurante de la localidad. El punto de encuentro, como no, en el bar Gráfico, prácticamente la sede social de este club de vespistas.
La ruta se desarrolló siguiendo todos los protocolos sanitarios, incluyendo el uso de la mascarilla, y pese al mal pronóstico meteorológico, que anunciaba lluvia toda la jornada, la familia Vespa disfrutó de un reencuentro muy esperado.