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TERMALISMO

Ourense apaga su atractivo termal mientras Lugo y Chaves contruyen pozas ‘a la ourensana’

La 'capital termal' abandona sus infraestructuras | El proyecto lucense en tramitación y el luso se ejecutará desde el próximo mes de agosto

Uno de los vasos de las pozas del Muíño da Veiga abandonado e inservible para el baño. | // F. CASANOVA

El gobierno municipal sostiene que el termalismo como lo conocía la sociedad ourensana no es sostenible, entre otros calificativos.El presente muestra un estado de abandono y de incertidumbre entre usuarios, turistas y sectores directamente dependientes, pero es que el horizonte que marcan el 2022 y el 2023 no es nada halagüeño, ya que dos ciudades próximas como Lugo y Chaves proyectan dos obras de ocio que competirán directamente con las ourensanas.

Mientras el futuro del termalismo ourensano se difumina en el horizonte sin una fecha de apertura en el calendario, Chaves y Lugo proyectan dos ideas de pozas públicas, basadas en las que tiene la ciudad. En la ciudad lucense se inspiran en baños romanos donde harán seis piscinas, cuatro de ellas de agua caliente (no será aguas termales, sino agua de la traída calentada con aerotermia) que pretenden tener listas en 12 meses.

El boceto indica que se situarán en la zona de Pazo de Feiras y la pasarela que cruza el río Miño, donde se construirán vasos de diferentes formas y dimensiones con una capacidad de 50 personas por cada poza.

En Chaves, con tradición termal y un balneario desde 1972, proyectan en el entorno del balneario, el primer complejo termal hidrodinámico del país vecino. Será una obra ‘a la ourensana’ donde se construirán pozas similares a las de la capital ourensana y se espera que las obras comiencen este mismo verano con una ejecución de 1,2 millones de euros. Eso sí, como defiende Pérez Jácome, las pozas termales de Chaves, según indico el máximo representante Nuno Vaz, serán de pago.

La provincia termal que tanto se ha vendido desde Ourense en diferentes partes de Europa tiene las pozas públicas cerradas sin visos de un futuro claro, pero es que la provincia que preside la Asociación de Ciudades Históricas Termales en Europa (EHTTA), con Manuel Baltar al frente, no tiene termalismo público en condiciones para ofrecer ni a ciudadanos ni a turistas en la actualidad.

Simbolismos a parte, la actual situación perjudica al atractivo turístico de una ciudad que ve como paulatinamente se recupera el volumen de viajeros y las pernoctaciones, pero que se ve lastrada por la falta de oferta pública que influye negativamente en los sectores asociados al turismo como instalaciones hoteleras, establecimientos hosteleros, transportes o guías turísticos, que piden actuar en este sentido a las Administraciones Públicas implicadas.

La imagen de las termas públicas es de abandono absoluto, mientras las del Muíño da Veiga permanecen cerradas y con un agua inservible, las públicas de Outariz tampoco tienen fecha de apertura. La aplicación de la Ley de Aprovechamiento Lúdicos divide al concello. Mientras el grupo de gobierno defienden que es complicado abrirlas, desde el PP sostienen que sí que se puede hacer. El resto de la oposición ven a los ‘populares’ cómplices de una ley autonómica que dilapida el termalismo ourensano y piden soluciones. Ourense pierde atractivo cada día que pasa y en 2022 y 2023, tendrá competencia. Lugo y Chaves se sumarán a un ocio con dos proyectos ‘a la ourensana’. Mientras unos pretenden crecer en oferta lúdica, Ourense apaga su termalismo.

Llamamiento a la ciudadanía

La plataforma ciudadana “Amigos das Termas” pretende implicar a las administraciones competentes en materia de termalismo y sus infraestructuras en la capital, para alcanzar el compromiso de que Ourense recupere el pulso y el atractivo que tenían antes. Para ello hacen un llamamiento a la ciudadanía en defensa del derecho a disfrutar libre y gratuitamente de los baños termales de la capital. Para ello han abierto una petición de firmas en change.org, bajo el lema “As termas sí se abren”.

Turistas en la piscina termal: “¡Qué pena!”

Ayer por la mañana, diferentes turistas se sacaban fotografías en la fuente de As Burgas y también observaban como la piscina termal, seguía cerrada. Ante la situación, señalaron que “pues qué pena que estén cerradas, porque esto llama, al menos a nosotros, que un baño sí que nos hubiéramos dado”. Y con las ganas, es con lo que se quedan los turistas y los ourensanos.

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