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Los policías ratifican ante el juez que el superviviente de Velle señaló a Diego, el vecino, como el atacante

Los agentes dicen que el investigado estaba tranquilo tras el crimen

El investigado, Diego R. T. // BRAIS LORENZO

Seis policías de la comisaría de Ourense declararon como testigos ante el juez, este pasado martes, para detallar su intervención en A Batundeira (Velle), la madrugada del 19 de febrero, tras el trágico crimen presuntamente cometido por Diego R. T., que se cobró la vida de la joven Ana B. R., de 22 años, dejando gravemente herido al novio de la chica, Álvaro B. F., vecino del investigado.

Tal y como los policías hicieron constar en el atestado y como el magistrado recogió en el auto en el que dictó prisión provisional, el superviviente del brutal ataque con un cuchillo señaló como autor de los hechos a Diego, balbuceando hasta en tres ocasiones su nombre antes de perder de nuevo la consciencia y tener que ser trasladado de urgencia al hospital, donde permaneció tres semanas en reanimación, y unas jornadas más en planta.

Tras obtener la identidad del presunto autor en boca de la víctima, que ejerce la acusación particular y cuya versión recabará el juez, los policías saltaron la valla que separa la finca de las víctimas de la del investigado. En una parcela colindante a la casa en la que fue atacada aquella madrugada la joven pareja apareció el cuchillo. Al presunto asesino lo encontraron en el interior de su casa galpón.

En su declaración, negó los hechos y aseguró que nunca salió de casa, sino que se levantó sobre las cuatro de la madrugada, se preparó un té e hizo tareas sin dejar el domicilio. Pero su madre, que también testificará en el juzgado, aseguró que la había dejado encerrada tras decirle que salía a matar conejos. La progenitora también aseguró haber oído gritos antes de que su hijo regresara. Los agentes verificaron que había prendas ensangrentadas que se había quitado, y que Diego tenía sangre en los brazos.

A preguntas de las partes, los agentes manifestaron que el presunto asesino se encontraba calmado, algo que les llamó la atención, y que obedeció a sus indicaciones y no se resistió. Entendía las órdenes y lo que él decía también resultaba comprensible. La versión de los agentes, que también vieron calmada a la madre, contrasta con la que el comisario, Juan Carlos Blázquez, trasladó a la prensa, llegando a asegurar que el detenido estaba “catatónico” tras los hechos.

El examen de su estado mental y su capacidad, mediante informes de los forenses y de otros especialistas, es clave para definir si es condenado a pena de prisión –está en Pereiro–, o si se adopta una medida de seguridad, con un internamiento, en caso de que exista una eximente de la responsabilidad. Diego R. T. llevaba varios meses sin tomar la medicación y tras los hechos fue ingresado en Agudos de Psiquiatría para restituir la pauta y para una primera evaluación.

Según la declaración del superviviente efectuada a la Policía en el hospital, que tendrá ocasión de ampliar o de matizar ante el juez próximamente, el agresor llamó al timbre en mitad de la madrugada, Álvaro acudió a abrir y Diego presuntamente le lanzó las cuchilladas a él en primer lugar. Su novia Ana B. R., vio la escena e imploró a gritos, intentando que parara: “Déjalo, ya lo has matado”.

El testigo aseguró a los agentes que vio cómo el presunto homicida fue luego a por la chica, antes de desvanecerse él a consecuencia del brutal ataque. Instantes después, malherido, el joven consiguió desplazarse como pudo hasta la habitación contigua, para coger el teléfono y llamar a su padre, que alertó al 091.

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