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La necesidad no cae por ahora con la desescalada

La cifra de beneficiarios de productos básicos no baja todavía, según el banco de alimentos, que cierra mayo con un reparto de 50.000 kilos de comida no perecedera, sobre todo a Cáritas

Colaboradores del banco de alimentos de Ourense, con dos carros de productos para personas necesitadas. // IÑAKI OSORIO

Con la supresión del estado de alarma el pasado 9 de mayo, tras seis meses de vigencia de un marco jurídico especial para intentar contener la segunda y tercera olas de la pandemia, se eliminaron restricciones que limitaban la actividad de la hostelería, el turismo o el comercio, unos sectores muy afectados por el impacto socioeconómico de la crisis sanitaria. La desescalada, apoyada en la campaña de vacunación –en la provincia, un tercio de la población tiene ya la pauta completa– ha propiciado una mayor movilidad, más consumo en los bares y en restaurantes, con horarios ampliados desde hace varias semanas, así como una presencia de viajeros que apenas se había notado desde el verano, con una reactivación ya el pasado abril, un mes en el que llegaron a Ourense más de 15.000 turistas, de los cuales 14.787 eran de origen nacional y 1.071, extranjeros. Por el momento, este progresivo avance hacia la añorada normalidad de antaño no ha ocasionado una caída del estado de necesidad. Es lo que están constatando al menos en el banco de alimentos de Ourense.

“No se ha producido una variación por el momento. Las entidades con las que colaboramos, Cáritas fundamentalmente, en un 85 o 90%, nos informan de que el número de beneficiarios sigue siendo más o menos el mismo que los que tenían hace dos o tres meses. El mayor incremento durante la pandemia se produjo en junio del año pasado, en torno a un 30%, y desde entonces las cifras han sido similares, si bien en algunas zonas puede variar con respecto a otras, por traslados de residencia, o llegada de gente de fuera o por situaciones puntuales, como pérdidas de empleo o situación de ERTE”, expone Natalia González, que es la coordinadora del banco de alimentos de Ourense.

La semana pasada, en la presentación de la memoria de actividad del año 2020, Cáritas informaba de que a causa de la crisis sanitaria, con su embestida en la economía por las restricciones, se dispararon la peticiones de ayudas de personas, la mayoría españolas, que habían acabado en ERTE, solicitando apoyos para pagar el alquiler del piso, medicinas o recibos de la luz. El año pasado, uno de cada tres beneficiarios de la ONG de la iglesia acudía a solicitar ayuda por primera vez. Solo en el comedor social se repartieron 150.000 menús. Todos los apoyos prestados por Cáritas en 2020 beneficiaron a casi 21.000 personas en la provincia de Ourense.

Por su parte, el banco de alimentos de la provincia cerró el mes de mayo con un reparto de 50.000 kilos de productos no perecederos. El jueves de esta semana entregarán frutas de temporada –melón y sandía–, financiada con el programa del Fondo Agrario Europeo. La entidad se nutre de los fondos de iniciativas de la Unión Europea así como de las campañas de solidaridad, donaciones y compras efectuadas con dinero que aún resta de la campaña de Gran Recogida.

Con nuevas instalaciones desde hace unos meses en la calle 3 del polígono industrial de San Cibrao das Viñas, el banco de alimentos de Ourense hace una labor diaria para “evitar el despilfarro” de productos de primera necesidad, explica Natalia González. La entidad propone a las cadenas de supermercados que, tanto los alimentos frescos como perecederos que retiran de la venta, por algún deterioro del envase o una fecha próxima de caducidad, sean recogidos a diario por colaboradores del banco, porque el estado de necesidad aún no ha decrecido.

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