El fuego es una pandemia medioambiental que no se extingue en la provincia de Ourense, la que más arde en Galicia y España, donde el daño en cuanto a extensión arrasada ha sido mayor históricamente. Despoblación y abandono del rural en un territorio que no deja de perder población –cuarenta mil habitantes menos en los últimos veinte años– no ayudan a contener un problema contra el que este verano, de nuevo, se movilizarán más de 1.700 efectivos dedicados a tareas de extinción.
Ourense ha sufrido la mitad de los grandes incendios forestales (GIF, los que superan las 500 hectáreas de extensión) de los últimos 30 años –80 de 159–, y cuenta también con casi la mitad de la superficie quemada (el 49%, 99.295,7 de 202.015,5 hectáreas) a causa de estos eventos. El número de GIF fue mucho mayor en la última década: la provincia registró 42 de los 64 ocurridos en Galicia, que calcinaron 59.019,75 de un total de 96.488,12 hectáreas de monte.
En los últimos diez años, entre 2011 y 2020, Galicia sufrió 27.797 incendios forestales en los que se quemaron 207.263,27 hectáreas. La provincia de Ourense tuvo el doble de incendios, de media, que cada una de las otras provincias, más del triple de la superficie calcinada con respecto a Pontevedra, y seis veces más que A Coruña o Lugo. Los incendios de la última década en la provincia afectaron a un área equivalente al 21,81% de su superficie forestal total –de más de 560.000 hectáreas–, y al 16,81% de la extensión total, que alcanza las 727.134,39. Son algunos de los datos que refleja el plan de prevención y defensa contra los incendios forestales de Galicia (Pladiga).
En el periodo de 2011 a 2020, la provincia registró 10.837 incendios que devastaron 122.252,43 hectáreas. En el territorio ourensano se localizaron el 38,99% de los fuegos que hubo en Galicia en la última década, y en esta provincia ardió el 58,98% de la superficie que se quemó en el conjunto de la comunidad.
Por condiciones climatológicas, demográficas y de estado del monte, la mayor incidencia de los incendios de mayor tamaño ha tenido lugar en la parte sur de la zona autónoma, con Pontevedra y Ourense como los territorios más castigados, con el 82,81% de los fuegos y el 87,66% de la superficie quemada, según recoge el Pladiga.
De acuerdo al mismo documento, publicado recientemente por la Consellería do Medio Rural, en la última década los grandes incendios forestales calcinaron, por término medio, 1.507,63 hectáreas en el conjunto de Galicia, una cifra que en la provincia de Ourense se sitúa por debajo en el periodo de 2011 a 2020, con 1.405,23 hectáreas. En este aspecto, es superior el promedio de extensión calcinada por los GIF en Pontevedra en esta última década, de 2.323,55 hectáreas.
En varias de las parroquias de alta actividad incendiaria de la provincia de Ourense se han calcinado miles de hectáreas en una década. En ocasiones arde sobre quemado de un año a otro
La provincia gallega que más sufre los incendios forestales, en la que la Xunta ha previsto un Centro Integral para a Loita contra o Lume con sede en el antiguo psiquiátrico de Toén –una especie de campus forestal, “pionero en Europa” según la administración, para la formación continua de bomberos forestales y con un aula medioambiental para concienciar–, cuenta con 27 de las 35 parroquias de Galicia catalogadas como de una alta actividad incendiaria. Estos lugares en los que más arde de forma recurrente, o donde los incendios registrados son mayores, corresponden a 18 municipios de la provincia del total de 26 en la comunidad.
Ninguna de estas parroquias con un riesgo mayor de incendio forestal está en la provincia de Lugo, mientras que A Coruña cuenta con seis y en Pontevedra hay dos. Varias zonas se incorporan a este listado, como Ourense ciudad, porque ha registrado 13 incendios en los últimos cinco años, con un total de 177,42 hectáreas calcinadas en el periodo de 2011a 2020.
En varias de las parroquias de alta actividad incendiaria de la provincia de Ourense se han calcinado miles de hectáreas en una década. En ocasiones arde sobre quemado de un año a otro, o a los siguientes.
En el listado correspondiente a la provincia de estas 35 zonas más conflictivas para la campaña de riesgo máximo de incendio se encuentran Covas (Cea), Castro de Escuadro (Maceda, con 2089,98 hectáreas arrasadas en una década), Requeixo (Chandrexa de Queixa), Paradela (Manzaneda, 1526,6 hectáreas), Soutipedre (Manzaneda), Cernado (Manzaneda, 4463,05 calcinadas entre 2011 y 2020), A Ponte (A Veiga), Queixa (Chandrexa, 1435,77 hectáreas), San Millao (Cualedro, 1490,02), Montes (Cualedro, 1971,77) , Camba (Laza, 1334,51), Bousés (Oímbra, 1.838,8 hectáreas en una década), O Tameirón, Pentes y Parada da Serra (A Gudiña), Castiñeira (Vilariño de Conso), Chaguazoso (Vilariño de Conso, 1193,87 hectáreas calcinadas entre 2011 y 2020), Sabuguido (Vilariño 1204,56), A Esculqueira (A Mezquita), San Paio de Araúxo (Lobios, 6364,13), Río Caldo (Lobios, 2904,84 hectáreas), A Fraga (Lobeira), Requiás (Muíños, 1365,75), Rebordechau (Vilar de Barrio, 1175,34 hectáreas), Randín (Calvos) y Guillamil (Rairiz de Veiga).
Los vecinos de Rabo de Galo reclaman el desbroce de maleza
Ayer finalizó el plazo establecido por la Xunta para limpiar de maleza las fincas situadas en el entorno de viviendas, y los vecinos de Rabo de Galo urgen al Concello de Ourense a que cumpla la normativa y desbroce la vegetación que prolifera en el entorno entre este barrio y el de O Couto, para evitar así una situación de peligro en caso de incendio forestal.