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Mujeres y emprendedoras: el doble reto de poner en marcha un nuevo negocio en pleno año COVID

Fátima Nieves, arquitecta de FNF Arquitectura. IÑAKI OSORIO

Mientras miles de negocios cerraban sus puertas por la irrupción de la pandemia, y Ourense vivía sus peores datos de paro y ERTE, algunos emprendedores soñaban con abrir su negocio e iniciaban obras de reforma o ponían en marcha su actividad, en pleno 2020. Asociaciones como la de Jóvenes Empresarios de Ourense (AJE), dan cuenta de que pese a algunas lamentables bajas, “hemos alcanzado los 140 asociados. Hay futuro”, explica Nuria Iglesias.

Ella es desde hace dos meses la presidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Ourense y reconoce afirma que durante este año fatídico de 2020, cuyos efectos han coleado hasta ahora, “ha habido negocios asociados que por desgracia han cerrado, pero aumentaron nuestro socios, con la incorporación de nuevos emprendedores” afirma, pues “lo que ahora tienen claro es que es necesario buscar el apoyo de una asociación especializada”.

Fátima Nieto, arquitecta; Beatriz Alcalá, una ingeniera industrial reconvertida ahora en hostelera; o Andrea Rojas, la esteticista que, al verse en el paro, decidió que tenía que crear un negocio propio y se lanzó al vacío, sin saberlo, en el mismo mes de marzo que empezaba el confinamiento; son los tres nuevos proyectos asociados a AJE y nacidos en el epicentro de la pandemia.

FNF, el sueño de Fátima

Fátima Nieto es una de las nuevas asociadas a AJE en 2020. “Debieron de ser las hormonas de la maternidad”, bromea, pero a los 32 años, después de un tiempo trabajando en A Coruña, “decidí un triple reto que fue volver a mi ciudad con mi hija Ada, ahora de dos años, hacer lo que más me gusta, que es la arquitectura, y emprender”.

De ahí nació un proyecto que resume en una frase: “arquitectura con mimo” . Pese a estar en una ciudad sin plan de urbanismo aprobado, “hemos tenido que reinventarnos y hacemos muchas infografías y vídeos para particulares y para otros arquitectos o firmas inmobiliarias, y así las personas ven como va a quedar la reforma de su casa, de un piso viejo, o de su negocio opinan lo que le gusta o lo que quieren cambiar y eso ayuda a vender el producto”, afirma.

El nicho de mercado que le ha permitido vivir de lo que Fátima ama “permite al cliente hacer un recorrido por la obra y saber hasta el color que tendrá cada pieza”. Ha conseguido el milagro, y es tener trabajo en pleno año COVID y además “sin estudio físico y con web en proceso”, porque las redes son el gran cambio de esta nueva generación, de emprendedores. Basta abrir a instagram e ir a FNF Arquitectura, para encontrar a esta nueva emprendedora.

Lo hermoso de su generación es el amor a lo que hacen. “Es que somos una generación, en nuestro caso de arquitectos, a los que nos guía la pasión de mejorar las cosas, pese a saber que va a cobrar más el fontanero del edificio que nosotros” .

Nuria Iglesias, presidenta de AJE Ourense. Iñaki Osorio

Nuria Iglesias, la presidenta

“Es que los jóvenes empresarios tenemos todo un reto por delante. Los de mi generación hemos vivido una doble crisis, la de 2008, que nos pilló estudiando y ahora la sanitaria”, explica Nuria Iglesias.

La presidenta de AJE Ourense es el prototipo de emprendedora, treintañera y que, en su caso desde la ingeniería industrial, dio el paso a una propuesta “online” de diseñadores emergentes: “Trendon.me”, toda una apuesta vital por vivir de lo que a uno le gusta.

“La pandemia ha supuesto un vuelco e incluso aquellos que no creían en las plataformas de venta “online”, se han sumado a ellas y se han puesto en marcha muchos proyectos diferentes y novedosos” , indica.

De hecho, explica que “tenemos socios del sector agroalimentario, moda, tecnología, comunicación, eventos, línea de productos Terra, con muchas marcas ecológicas. Todo esto nos complementa y nos enriquece a unos y a otros”. Uno de los retos de AJE se mueve también en centros escolares para difundir la cultura emprendedora.

Beatriz Alcalá, de “La zapatería del abuelo”. Iñaki Osorio

Beatriz, la hostelera diez

Entre las nuevas incorporaciones como socios a AJE, está el caso que más llamó la atención de los ourensanos que vieron obreros en plena reforma en un local de calle de la Paz cuando Ourense olía a ciudad muerta y confinada.

Era el proyecto de Beatriz Alcalá, “La zapatería del abuelo ”, un negocio de cafetería, con apartado de restauración, que empezó a reformarse en 2020, en plena pandemia “porque era nuestro proyecto vital, el regreso a Ourense desde Barcelona con la familia, mi marido y mis tres hijos, para empezar de cero, convirtiendo el edificio en una cafetería muy nuestra con muchos proyectos culinarios en mente. Pero conseguimos la licencia el 12 de marzo de 2020 y el 16 estábamos en confinamiento”.

Su local, que ocupó hasta hace unos años el Café Bohemio, fue además hasta la década de los años 90 y durante medio siglo Calzados Anta, la zapatería del abuelo de Beatriz, que calzó a varias generaciones de ourensanos y ourensanas.

Tras dos intentos fallidos de inaugurar en 2020, finalmente en enero de este año abrieron sus puertas con una oferta que incluye una carta gastronómica y de vermús diferente. Van despacio “y hemos incluso cambiado varias veces la carta, hasta que todo se estabilice, pues hay productos perecederos y costosos que, si todo vuelve atrás, se perderían”.

AJE fue el primer lugar al que acudió. Son jóvenes, preparados, pero entienden que asociaciones de este tipo son el paraguas para no dar un paso en falso. La unión hace la fuerza. Y Beatriz, espíritu creativo e incólume al desaliento, sigue adelante con nuevos proyectos que espera desvelar en breve.

Ahora, en su café que respira el ambiente de un proyecto muy estudiado, después de haber conocido y testado otros negocios y gastronomías por el mundo, junto con una carta en plena reconversión pero con muchos maridajes y siempre sorprendente, entre la que abundan las tartas, se mezclan estratégicamente colocados algunos de aquellos zapatos de otras épocas que vendía el abuelo en su hermosa zapatería Anta.

Andrea Rojas, de Andrea Rojas Estética. Fernado Casanova

Andrea, la esteticista

Andrea Rojas, es de las nuevas socias de Jóvenes Empresarios de Ourens nacida como emprendedora en la pandemia. Tiene 30 años, experiencia como esteticista y, “tras quedar en el paro, decidí que era el momento de montar mi propio negocio. Esto fue en marzo de 2020, y de repente durante dos meses todos a casa”. No decayó y dos meses después seguía firme.

Tras la pandemia, después de semanas sin cuidarse, la gente llegó con ganas de mejorar su aspecto y, ahora mismo, todo va como la marea, pero lo que le diría a todos los jóvenes que no vean salida es que hay que arriesgar y monten su negocio, pues al final tú organizas el tiempo que dedicas a tú trabajo y eres tú propia jefa”, asegura.

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