“¡Es chulísimo. Este chaleco vale oro. Toma guárdemelo mamá que no quiero mancharlo. Voy a ponerlo de mayor, cuando tenga mi propia moto” explicaba ayer “Luis” , un alumno de Primaria de la ciudad, mientras paseaba inquieto y locuaz rodeado por el rugido de decenas de motos, las de Solidaridad Motera Ourense, que ayer, le tributaron un homenaje y le regalaron un estupendo chaleco motero, tuneado con sus banderas e insignias, así como con los escudos de Ourense y Galicia. “Una chulada” repetía el chaval.
El objetivo, ayudar a este niño emocionado, locuaz y de altas capacidades, a superar las consecuencias del “bullying” que ha sufrido en su centro escolar, la enfermedad silente del siglo XXI, que le ha causado ya a sus 8 años, las primeras heridas, a una edad en la que debería de estar prohibido sufrir, y que le obligaron en sus peores momentos, a decir esas frases que unos padres jamás quisieran escuchar.
“Hubo días muy malos”
“La verdad es que hubo días muy malos y nos hemos visto un poco solos en esa lucha no se entiende lo que les pasa a estos niños a veces ni desde los colegios. Le costaba ir al clases y lo peor vino cuando empezamos a verlo triste, y a oírle decir que le resultaba duro vivir”, explica Sonia., su madre.
“Luis” nombre supuesto, no paraba de ir ayer durante el homenaje de un lado a otro mirando las motos, espectaculares y especialmente cuidadas, las “chupas” de Moteros Solidarios, y dejándose querer. “Estoy muy ilusionado, quiero cuidar bien el chaleco para llevarlo en mi moto”, insistía con la inocencia del que no tiene pensado crecer y cambiar de talla.
El agredido a terapia, el agresor no
Una de sus pasiones “son las motos, los coches y aprender a cocinar conmigo. Ya pasamos lo peor pero lo curioso este tiempo en que vivimos, es que ahora en lugar de reprender al que acosa, el que tiene que ir a terapia es el agredido, para que el niño pueda entender que les pasa a esos que le agreden, cuando el problema los que tendrían que ir a terapia son estos últimos y no al revés” afirman Sonia y Alberto, los padres “Luis”.
También Fernando Outeiriño, uno de los moteros de de Solidaridad Motera de Ourense que ha participado en la organización de ese nuevo acto solidario, explica que “nos dijeron que había un niño que lo había pasado mal pues había sufrido acoso escolar, y estaba ya tratando de superar las consecuencias, y aquí están moteros de toda Galicia".
Ángeles sobre dos ruedas
Este club de moteros solidarios es toda una red que tiene representantes en muchos puntos de España y ayer en el Caso de Solidaridad Motera de Ourense, la convocatoria contó con apoyo de otros aficionados gallegos que se acercaron hasta s Burgas para aplaudir a este nuevo destinatario de este club solidario sobre dos ruedas.
De hecho los miembros de Solidaridad Motera Ourense estuvieron ya hace unos meses repartiendo juguetes, alimentos, ropa, calzado y objetos de limpieza para la Asociación Red Madre. También se ofrecieron a recoger enseres para bebés y reparten alimentos o apoyan campañas para a niños con enfermedades raras. Ayer sus motores rugieron por “Luis·”, cuya chupa motera le ha devuelto el orgullos que otros trataron de arrebatarle.
