Ribadavia inauguró ayer la Feira do Viño do Ribeiro, cuya 58 edición cuenta con 27 participantes entre bodegas y colleiteiros. El acto inaugural fue un momento que el presidente del Consello Regulador, Juan Manuel Casares, quiso aprovechar para enviar una especie de “SOS” . Advirtió de un problema importante como es la “pérdida progresiva de hectáreas de viñedos productivas” que es algo que “puede llegar a comprometer el futuro de esta Denominación de Origen a largo plazo”. Pide “tener sentido de enocomarca” y “trabajar todos en la misma dirección”.

La sede del consejo regulador acogió ayer el acto inaugural de esta feria, cuyo pregonero fue el historiador de Ribadavia, José Ramón Estévez, en una edición que destaca por un programa de actividades en formato combinado entre presencialidad y contenido virtual, debido a la pandemia del COVID. Un peligro al que se enfrenta esta DO es la “pérdida progresiva de base territorial” ante la que Juan Casares demanda el apoyo conjunto de Xunta, Diputación, concellos, junto al propio consello regulador, para untos trabajar en una misma dirección y “no ir cada uno por su lado”.

Entre los asistentes estaba el conselleiro do Medio Rural, José González, quien por su parte defendió el “carácter propio y distintivo de los vino de O Ribeiro”, que se materializa, además, “en la apuesta de un conjunto de bodegueros que decidieron en su día concretar sus esfuerzos con el objeto de defender y promocionar un determinado concepto de vino”. Apuntó además que este trabajo los condujo a unos “vinos de calidad, personalidad y a un arraigo a nuestra tierra, a través del respeto a la tradición”. Con esos mimbres, O Ribeiro se consolidó como la segunda de Galicia en volumen de producción, tras Rías Baixas.

González destacó además el apoyo de la Xunta al sector, y recordó la estrategia de dinamización económica, territorial y turística de las comarcas vitivinícolas, promovida y dotada con cerca de 750.000 euros.Asimismo, afirma que la Xunta de Galicia pone a disposición todas las herramientas necesarias para su desarrollo: ayudas para la reestructuración y la reconversión de viñedo, para la elaboración y comercialización de productos vitivinícolas o para la promoción en terceros países, y el constante apoyo a los consellos reguladores. A mayores, los préstamos vendimia permitieron que las bodegas compraran la uva de la campaña de 2020 en condiciones normales de mercado. Un instrumento que volverá a ser activado, si es preciso, para este año.

Por su parte, el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, animó a los colleiteiros y empresarios del vino de O Ribeiro a sumar las oportunidades que ofrecerá el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para modernizar e internacionalizar su producción, e instó a todas las administraciónes a caminar juntas para engrandecer la denominación de origen máis antigua de Galicia. Y es que secundando a Casares, “si trabajamos juntos, O Ribeiro será futuro”.

Desde el BNG comarcal expresan que “son varios los desafíos que tanto nuestra DO. como nuestra comarca deben enfrentar en los próximos tiempos”,y apuestan por un modelo de viticultura que sea productivo para las familias y respetuoso con el paiseaje y el patrimonio cultural e histórico, pero además , “somos defensores de la realización de proyectos de agrupaciones de tierras, pero deben ser consensuados y justos”, exponen.