Victoria, la modista desde niña que elabora bolsos en el centro de mayores

Esta septuagenaria confeccionó vestidos de novia, hizo arreglos para comercios y cosió la ropa de su familia; ahora invierte su tiempo en bolsas de tela con sus propios diseños

Victoria López, con dos de los bolsos que elabora, junto a compañeras del centro de día de A Farixa. // IÑAKI OSORIO

Victoria López, con dos de los bolsos que elabora, junto a compañeras del centro de día de A Farixa. // IÑAKI OSORIO / J. Fraiz

Javier Fraiz

Javier Fraiz

Cuando todavía era una niña, Victoria López González (Ourense, de casi 75 años) se puso a coser para poder ganarse la vida: comenzó con 14 años trabajando en Modas Rocío, en la calle Santo Domingo. Con el tiempo también acabaría confeccionando vestidos de novia para la tienda José Luis –que tenía sus instalaciones en un bajo de la calle Pena Trevinca–, realizó arreglos de ropa para distintos comercios y además hacía las prendas de su propia familia.

“Me casé con 20 años y mi marido tenía 24. Me quedé viuda muy joven, porque él murió con 40 años. Me quedé con cuatro hijos a los que tuve que sacar adelante, y lo hice a base de costura”, comparte.

Con la destreza que fue perfeccionando desde sus inicios en la profesión en plena adolescencia, ahora Victoria López ocupa parte de su tiempo elaborando bolsos de tela con sus propios diseños. “Me entretiene mucho”, afirma.

La costura, el hilo, la aguja, el dedal y las máquinas, se convirtieron en las herramientas de años de trabajo, no solo para comercios de moda, también para el día a día en casa. “Cosía todo para la familia: trajes, pantalones, chaquetas, camisas...”

Cose para ocupar el tiempo y para mantener la mente activa, tanto en su casa, en la que tiene cinco máquinas –“antes estaba pendiente de la televisión y ahora la pongo de fondo mientras estoy haciendo esto”, explica–, como en una sala del centro de día para personas mayores de A Farixa, en el complejo intergeneracional.

“Cuando llegué aquí vi que algo había que hacer. Empezamos elaborando bolsas para guardar las mascarillas y de ahí la cabeza me dio para pensar en hacer estas cosas”, cuenta Victoria.

Los diseños de los bolsos son suyos. “Utilizo trozos de tela que me dan y otras que compro en retales, aunque no es como antes, que eran más baratos”.

Victoria, cosiendo, junto a la trabajadora social que supervisa el centro de día, Adriana Pérez. |   // IÑAKI OSORIO

Victoria, cosiendo, junto a la trabajadora social que supervisa el centro de día, Adriana Pérez. // IÑAKI OSORIO / J. Fraiz

Con paciencia y sin establecer un tiempo máximo para cada elaboración –“me gusta que las cosas queden bien, curiosas, no me meto prisa”, asegura–, la septuagenaria confecciona los complementos con hilo y con aguja. A sus compañeras del centro de día les gustan. “Regalo uno a una y otro a otra, de momento no me ha dado por vender ninguno”, bromea Victoria.

Su abuela y el colegio

La señora es natural de la ciudad de Ourense y reside “desde los cuatro o los cinco años” en la zona del cementerio de San Francisco. El oficio lo heredó en cierta manera de su abuela, “que también era costurera e iba por las casas, llevando la máquina en la cabeza para remendar prendas en los domicilios, o dar vuelta a los cuellos o los puños”, relata.

A esa influencia familiar se sumaría la asimilación de las primeras nociones de la profesión que aprendió en la etapa escolar. “En el colegio, los jueves por la tarde teníamos costura y nos enseñaban a hacer festones y vainicas” [dos tipos de bordados].

Cuando empezó siendo todavía una niña en el comercio de modas Rocío de la calle Santo Domingo, la propietaria “era una modista de mucho renombre”, recuerda Victoria. “Todos los años iban a Barcelona a los desfiles y compraban patrones y teníamos muestrarios grandes. La gente de clase alta de Ourense, la que tenía más dinero, venía y miraba los muestrarios y escogían las telas, un traje de chaqueta, un vestido, una falda...”, señala la septuagenaria.

“La moda de hoy en día...bueno. Cambió mucho con respecto a cómo era antes. Ahora es muy moderna”

La costura, el hilo, la aguja, el dedal y las máquinas, se convirtieron en las herramientas durante años de su trabajo, no solo para establecimientos de moda, sino también para el día a día en su casa. “Cosía todo para la familia: trajes, pantalones, chaquetas, camisas...”, afirma.

Victoria compraba la tela y confeccionaba la ropa, porque con su destreza con los tejidos conseguía vestir a sus familiares economizando en el gasto en la ropa, una partida que al final ella abarató elaborando las prendas por sí misma, sin tener que comprarlas.

El diseñador Manuel Pertegaz, que concibió el traje de novia de la reina Letizia, además de otros vestidos para diferentes ocasiones, manifestó acerca de su idea de la moda que “cuando ve trajes bonitos, Dios sonríe complacido”. Victoria despeja con una risa y algunos silencios la pregunta sobre cómo ve la evolución de la moda desde que comenzó a coser, siendo una niña de 14 años, hasta que se retiró del trabajo pero no del oficio, que ahora aún sigue cultivando cada jornada en el centro de día del complejo intergeneracional de Ourense. “La moda de hoy en día...bueno. Cambió mucho con respecto a cómo era antes. Ahora es muy moderna”, finaliza.

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