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Tres implicados en un atraco con pistola a dos nonagenarios aceptan una condena más baja: “Aún tienen miedo”

La mujer que seleccionó y vigiló la vivienda paga sola toda la responsabilidad civil para obtener menor pena | Un cuarto implicado lleva cerca de dos años en busca y captura

Los tres implicados en el robo violento al matrimonio de ancianos. // FOTOS: MIGUEL VILLAR - POOL

Sus víctimas fueron un matrimonio de nonagenarios de Pazos de Arenteiro (Boborás) a los que, el 18 de mayo de 2019, intimidaron con una pistola y un cuchillo, llegando a amenazar al señor con que le cortarían un dedo. Dos hombres que entraron en la casa para cometer el delito –se llevaron dinero y joyas–, así como una mujer que se encargó de las tareas de selección y vigilancia de la vivienda, fueron juzgados ayer en la Audiencia Provincial de Ourense y se conformaron con penas que van de los 3 a los 4 años y 4 meses de prisión.

José Antonio P. R., reincidente en robo, acepta la de mayor duración. Yoni José Manuel R. I. asume 4 años y 3 meses. Los dos llegaron al juicio desde el centro penitenciario, donde permanecen recluidos por estos hechos desde los meses de mayo y agosto de 2019, respectivamente. Fátima G. R., que estuvo 13 meses entre rejas –de agosto de 2019 a septiembre de 2020–, se conforma con 3 años, el castigo de menor duración porque ella sola paga la totalidad de la responsabilidad civil para beneficiarse de la atenuante muy cualificada de reparación del daño. A los tres se les aplica, además, la atenuante de reconocimiento de los hechos, cuya autoría asumen. Hubo un cuarto individuo incriminado en este asalto, J. L. C., que permanece en busca y captura, con una orden europea de detención y búsqueda dictada por el juzgado en octubre de 2019.

Pueden quedar libres pronto

La Fiscalía de Ourense solicitaba condenas individuales de 5 años de prisión por un delito de robo con violencia e intimidación en casa habitada. La acusación particular elevaba la petición de manera notoria, hasta un total de 14 años, al catalogar los hechos como tres delitos independientes, de robo con violencia, amenazas y detención ilegal. Debido al tiempo que llevan en prisión provisional por esta causa, de cerca de la mitad de la pena finalmente impuesta, es probable que los dos atracadores encarcelados puedan ser liberados pronto.

Yoni José Manuel R. I. también se encuentra en prisión por estos hechos. // M. VILLAR / POOL

Los delincuentes actuaron de acuerdo a un reparto de papeles. Fátima y el implicado huido se encargaron de los preparativos para el atraco, perpetrado el 18 de mayo de 2019. Seleccionaron la vivienda más propicia para cometer el robo, buscaron a dos personas más para participar en el delito y comenzaron con las labores de vigilancia de la casa de los dos ancianos en la localidad de Pazos de Arenteiro. La acusada, que paga en exclusiva la responsabilidad civil –la cuantía fue consignada antes de la celebración del juicio–, se desplazó en jornadas previas, y el mismo día del robo, con el objetivo de controlar los horarios y las rutinas de los propietarios.

Desarrollando el plan en el que también había participado la mujer, los dos autores materiales del asalto a la vivienda llegaron a la aldea en un vehículo Volkswagen Polo que dejaron estacionado en las proximidades de la casa de las víctimas. Sobre las 13 horas del 18 de mayo de 2019, se dirigieron al domicilio, en el que en ese momento también se encontraba la cuidadora. Los delincuentes ocultaban sus rostros con un pasamontañas y una braga de cuello, para tratar de evitar su posterior identificación. Iban armados: portaban un cuchillo y también una pistola simulada, pero que parecía de fuego real.

Tras acceder al salón de la vivienda, los acusados colocaron el arma de fuego en la cabeza de la cuidadora, exigiéndole que se tirara al suelo. Le ataron las manos detrás de la espalda con unas bridas, conduciendo a la misma habitación a este matrimonio de mayores.

José Antonio P. R., llegando al juzgado bajo custodia, desde prisión. // MIGUEL VILLAR - POOL

Después de inspeccionar toda la vivienda, los acusados José Antonio y Yoni José se dirigieron a la señora mayor, encañonándola igualmente con la pistola. Le preguntaron por la llave de la caja fuerte y por el pin de una tarjeta bancaria que habían localizado en la casa. Uno de los asaltantes, “con clara intención de atemorizarlos, esgrimiendo un cuchillo”, según el escrito de la Fiscalía que asumen los encausados con la conformidad, cogió la mano del varón. Le dijo que le cortaría un dedo si no le facilitaban el código de la tarjeta y la llave de la caja fuerte. Incluso manifestó su intención de cortarle el cuello si no les daban la información que les pedían.

La acusada Fátima G. R. pagó la responsabilidad civil. // M. VILLAR / POOL

Una vez que los delincuentes no consiguieron dar con las llaves de la caja, arrancaron a la mujer la cadena que portaba en el cuello, así como unos anillos. También se apropiaron de un sobre en el que había 1.500 euros en efectivo. A continuación, trasladaron a las víctimas hasta otra habitación de la casa, donde maniataron a la propietaria y a la cuidadora. Tras revolver el resto de la vivienda, abandonaron el lugar llevándose una lata de Aquarius que había en la nevera.

Yoni José y José Antonio salieron huyendo, en dirección el lugar en el que tenían aparcado el vehículo. Allí los estaba esperando Fátima, junto con el cuarto implicado que sigue en busca y captura. Pero estos dos últimos, al percatarse de que las víctimas ya habían dado la voz de alarma y los vecinos los estaban buscando, decidieron irse.

Los acusados Yoni José y José Antonio fueron descubiertos por los vecinos, escondidos en el monte. El primero consiguió huir pero el segundo fue detenido por los agentes de la Guardia Civil que acudieron al lugar tras recibir la alerta. A escasos metros de ese punto se encontraron bridas, guantes, un gorro, un destornillador y la lata de refresco que se llevaron de la casa tras cometer el robo con violencia. En una nueva batida, efectuada el 7 de junio, se halló la pistola simulada, a cuatro metros de donde estaba la ropa de José Antonio R. R.

“Quieren olvidar”

“Llegamos a un acuerdo porque consideramos que ya cumplieron un tiempo en prisión. Mis clientes lo que quieren es olvidar el tema y que se hiciera justicia dentro de las posibilidades. Son personas muy mayores que siguen teniendo miedo porque que entraran en su casa y los ataran no fue grato. Cualquiera nos sentiríamos intimidados. No quieren ningún mal para ninguno de ellos y consideran que con los 4 años del acuerdo se dan por satisfechos. Esperemos que sirva como un escarmiento y que no vuelvan a cometer ningún acto delictivo. Si con estos años en prisión les sirve para concienciarse de que no se puede ir por la vida cometiendo actos delictivos, nos damos por satisfechos”, manifestaba ayer Lorena Rodríguez, abogada de la acusación particular, que representa a las víctimas. Ellos sienten “rabia” porque creen que, además del huido, hubo otras persona implicada, “la que realmente organizó todo”, pero no se reunieron pruebas para poder llevarla a juicio.


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