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La vida es un temblor en Laza: 60 seísmos en una semana

Dos vehículos de emergencias en el concello de Laza Fernando Casanova

“El suelo se estremece un poco, se escucha un ruido como el de un camión y dura unos segundos”, señalan residentes

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Desde la madrugada del 13 de mayo, la provincia de Ourense ha sufrido una continua sucesión de terremotos –un enjambre sísmicolocalizados en el municipio de Laza –la gran mayoría– y en zonas colindantes, como Sarreaus y Vilar de Barrio. Desde la noche del martes hasta la tarde de ayer se registraron al menos 24, el mayor de ellos de 3,4 en la escala de Richter en Laza, el quinto de los que han superado la magnitud 3 estos días, percibiéndose en varios municipios de la provincia. Si al listado se suma un temblor de 2 que tuvo lugar el día 13 en A Veiga y otro de 2,5 en Nogueira de Ramuín el pasado domingo a medianoche, el número de terremotos detectados en la provincia desde hace una semana asciende este jueves a 61 (datos hasta las 12 horas). De este total, 51 tuvieron su epicentro en Laza, un municipio de 1.200 habitantes donde la agitación coincide con el cierre perimetral por el COVID (quedan 5 pacientes con infección activa).

“El suelo se estremecía, se sintió movimiento y ruido como un camión pasando, pero duró solo un par de segundos”. Rocío, carnicera en Laza de 36 años, percibió el terremoto registrado ayer a mediodía en el concello y también uno de los de la pasada semana. Otro de los importantes la pilló durmiendo y no se enteró. “La gente está preocupada porque son muchos en muy poco tiempo, pero no sabemos qué podrá pasar”, decía esta vecina, que asegura que los mayores no recuerdan un fenómeno con tantos temblores reiterados en pocos días.

En 1989 se registró uno de 3,8 en Sarreaus, el mayor en Ourense

“Estamos acostumbrados, creo que la gente ya se ha habituado”, consideraba por su parte el alcalde, José Ramón Barreal. Desde las 22 horas del martes a las 13.05 de ayer, en Laza se registraron un total de 17 terremotos, dos de ellos por encima de la magnitud 3. En esa franja hubo otros tres seísmos esa noche en Vilar de Barrio y Sarreaus –entre  1,5 y 1,8– y otro a mediodía en Vilar de 2,4. “Son tan seguidos... de unos se enteran los vecinos de y otros no, unos son más pequeños y otros más grandes... Se viven con cierta normalidad, parece que uno ya se acostumbra”, relataba Barreal. A pesar de la frecuencia de esta serie de temblores, el movimiento no ha causado daños personales ni estructurales en viviendas o vías. “No hemos tenido ningún episodio de crisis de ansiedad o de pánico. En muchas ocasiones ha habido algún caso parecido, y me transmite cierta tranquilidad que, en principio, no estamos en una zona de alto riesgo”.

Un grupo de residentes de Laza, entre ellos el concejal de Xuntos por Laza, Jorge Lorenzo (d.) F. Casanova

Jorge Lorenzo, concejal de Xuntos por Laza, opina de una manera similar. “Al principio a los vecinos les chocaba tanto temblor pero llegó un punto en el que ya se han acostumbrado”, si bien algunos residentes “tienen un poco de miedo”. Hace un par de décadas, según recuerdan los vecinos, un terremoto de una mayor intensidad hizo que la mayoría de habitantes se echara a la calle. Los mayores del lugar no recuerdan una sucesión de seísmos tan seguida como la de estas últimas jornadas. Jorge percibió el de ayer a mediodía, el del sábado y otro que hubo por la noche. “Es como un trrrrr que suena tres veces”, describe. “Yo estaba sentado cuando pasó y sentí más ruido que movimiento”.

Lorena, trabajadora del GES de Laza, estaba de servicio este miércoles por la tarde. “Hay quienes sí están preocupados de que pueda ir a más. La gente siente uno puntual y muchos no. Los mayores recuerdan uno hace años que se sintió mucho, mientras que los de estos días duran unos segundos”, dice Lorena.

El enjambre sísmico de Laza supera ya en número al que se registró en la comarca de Celanova en el verano de 2019, cuando se sucedieron 37 en 40 días. Cinco de los temblores registrados hasta ayer, en solo una semana, superaron la magnitud 5, con máximos de 3,4 en tres ocasiones: el 14, el 15 de mayo y ayer mismo, en Laza. Hubo otro de 3,2 en este municipio, la madrugada del martes al miércoles, y uno de 3,3 en Sarreaus la mañana del día 18. “En el rural, las cuestiones de riesgo se viven con otra tranquilidad, cualquier problema en un entorno urbano enseguida genera gran alarma. La misma situación en el rural se toma con más naturalidad”, sostiene José Ramón Barreal. Su homólogo en Sarreaus, Gumersindo Lamas, indica que los vecinos de su concello también “están tranquilos y no hay preocupación. No hay un sentimiento de alarma”. En la localidad de Paradiña, cercana a Laza, es donde más han sentido el movimiento de la tierra en los últimos días, según este regidor.

Tres vecinas de Laza, ayer por la tarde. F. Casanova

Un sismólogo no ve alarma

Consultado de nuevo por este periódico, el sismólogo de guardia del Instituto Geográfico Nacional (IGN), Javier Fernández Fraile, mantenía ayer el mensaje de calma a la población, aunque sin dejar de lado que predecir los terremotos no es posible más allá de la tendencia que indican los registros históricos. “No llegan a ser terremotos grandes. La intensidad máxima, que implica cómo los ha sentido la población, ha sido en estos casos de III, cuando I implica que solo lo detectan los instrumentos de medición y II ya las personas, pero solo en determinadas condiciones. Sí es cierto que se ha producido un incremento de la actividad sísmica, pero es algo relativamente habitual. Hace poco ha sucedido en Navarra o Valencia”, explica este experto, quien demás añade que el instituto cuenta “cada vez con más cantidad de instrumentación y somos capaces de detectar movimientos más pequeños”.

Es habitual, completa esta fuente, que cuando se produce un enjambre sísmico duradero se realicen mediciones sobre el terreno para determinar, por ejemplo, si existe una falla activa que no haya sido documentada hasta la fecha, “pero de momento, con los instrumentos es suficiente para registrar lo que hay. Si se produjera alguno un poco más llamativo es probable que se hiciera”, indicaba Javier Fernández ayer a FARO. Para tranquilizar a la población, desde el IGN señalan que “de cada terremoto que ocurre están enteradas las autoridades, Protección Civil y 112”, sin necesidad de activar más canales de comunicación o de prevención “mientras que no se registre ninguno de un tamaño grande que cause daños”.

La base de datos histórica de los terremotos más importantes de la provincia de Ourense remite a la misma zona que estos días tiembla de forma continuada. El 30 de agosto de 2019, a las 13 horas, se registró un episodio de magnitud 3,8 e intensidad III en Sarreaus. En lo que llevamos de mayo, y hasta el cierre de esta edición impresa, los seísmos más relevantes han tenido su epicentro en Baltar (3,2 y III, el 1 de mayo), Laza (3,4 y III-IV, el 14 de mayo; 3,4 y III-IV al día siguiente; 3,2 y III el 18 de mayo; 3,4 y III ayer); y Sarreaus (3,3 y III el 18 de mayo).

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