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Esfuerzo y eficiencia energética, la base de los proyectos “excelentes” del IES As Lagoas

Cuatro grupos de Segundo de Bachiller exponen sus trabajos grupales, basados en aprendizajes especializados y profundos sobre energía, sostenibilidad y tecnología

Los estudiantes del Bachiller de excelencia del IES As Lagoas, con tutores y representantes del instituto. //IÑAKI OSORIO

Celia Álvarez y Lucía Álvarez tienen una ligera idea de como construir su futuro el año que viene cuando coronen el Bachiller de excelencia que están cursando en el IES As Lagoas. Ayer, junto a José Nóvoa presentaron su proyecto ante familiares y el cuerpo docente del instituto donde analizaron la capacidad de absorción de las ondas de radiofrecuencia en diferentes materiales. “Expusimos diferentes materiales a ondas de radio, ondas 4G y ondas 5G para ver cómo reaccionaban. Para ello utilizamos antenas, una emisora y una receptora, un analizador de espectro y materiales como la chapa, corcho, lámina de vidrio o aislante reflexivo”, dice José Nóvoa.

Su compañera Lucía Álvarez señala que “las conclusiones que tenemos no son definitivas. Clasificamos los materiales y vimos cuales tenían más capacidades aislantes y cuales no. Los metales no apantallan bien, quiere decir que si buscamos aislar una vivienda por el exterior con un metal, las radiaciones exteriores se reflejarán, pero las ondas interiores quedarán permanentemente rebotando con el interior”. Para Celia Álvarez, “lo más difícil fue gestionar el tiempo y la organización para desarrollar un proyecto de estas características. La planificación del proyecto, con el coronavirus y la carga de estudio en Segundo de Bachiller fue lo más complicado”.

Celia Álvarez, Lucía Álvarez, José Nóvoa. // I.O.

Antón Moncho, Adrián Anta, Emma Río y Ángela Gómez hicieron una “passive house” a escala reducida, donde el principal objetivo era ampliar los baremos de la eficiencia energética. Adrián Anta explica que “calentamos el interior de la infraestructura con una bombilla y con el flujo de aire que tenemos la temperatura se mantiene y nos permite ventilar la habitación sin perder la temperatura interior por lo que el gasto energético no es tan grande”. Antón Moncho añade que “la casa pasiva se basa en aprovechar al máximo todo lo que es la temperatura que tenemos y así no introducir otros elementos de calor como un calefactor u otros sistemas”. Tuvieron dificultades, pero el esfuerzo y la mano tendida, permitieron presentar el proyecto a tiempo y en perfecto estado.

Antón Moncho, Adrián Anta, Ángela Gómez y Emma Río. // I.O.

Pablo Pereiro, Cristian Taboada y Alejandro Cavada realizaron un experimento para medir la temperatura en un muro con materiales de bioconstrucción, pensando en la eficiencia energética que podría suponer. “Es como un sistema de calefacción, donde el muro retiene el calor y lo va transmitiendo en su recorrido y así se puede ahorrar energía y dinero”, dice Cristian. Pablo explica que la conclusión es que “el muro tiene gran capacidad de almacenar temperatura y puede funcionar como un sistema de calefacción”. Aunque admite que “funciona al 100% porque el muro lo hemos hecho nosotros tiene ligeras pérdidas porque no es perfecto, pero es bastante perfecto”.

Como sus compañeros, destacan que el esfuerzo fue importante. “Gestionar el tiempo fue lo más difícil porque al final teníamos poco para este proyecto y además hay que sumarle el estudio de este curso”. Alejandro señala que “muchas veces lo complicado era repasar lo que habíamos hecho en la anterior sesión del proyecto para ver donde podíamos mejorar y esa prueba-error, como base experimental, que teníamos fue también un poco complicada. Sobre todo, en el hardware para almacenar e interpretar los datos, donde tuvimos bastantes errores de los sensores y del cableado, pero al final llegamos y lo hicimos bien. Valoramos el esfuerzo y el aprendizaje, que realizamos durante todo este año”.

Pablo Pereiro, Cristian Taboada y Alejandro Cavada. // I.O.

El aprendizaje profundo y especializado basado en la sostenibilidad, la tecnología y la energía les permite hablar con experiencia y argumentos firmes sobre su proyecto. El ensayo prueba-error en muchos de los casos permite ver las mejores opciones y las posibilidades erróneas para construir un conocimiento a partir del talento que ya atesoran.

Mario López y Silvia Vázquez son dos de los estudiantes que forman el cuarto grupo y fabricaron diferentes bloques para ver la resistencia que tenían. “Los erosionamos con una hidrolimpiadora para ver como le afectaba el agua y después sometimos los bloques de diferentes materiales para ver hasta dónde aguantaban”, dice Mario. Su compañera Silvia Vázquez dice que “los mejores materiales para construir sin importar el coste para las consecuencias bioclimáticas son los de cemento, pero se queremos opciones más baratas o más ligeras para una casa pequeña lo mejor es la cal o la mezcla de fibra de madera y de corcho”.

Los proyectos “excelentes” del IES As Lagoas almacenan talento, pero su fortaleza fue el esfuerzo para desarrollar un proyecto colectivo, compaginándolo con todo el estudio.

El cuarto grupo con su proyecto en las manos . // I.O.

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