Hace casi una década que el curro das Laceiras, en el municipio de Carballeda de Avia, organizado por la comunidad de montes vecinales con la colaboración del Concello, ya no se celebra con la presencia de caballos, sino solo con una comida popular, pero la intención es volver a recuperar esta tradición que durante algo más de dos décadas atrajo una gran afluencia de público y a caballos y jinetes procedentes de toda Galicia. Para empezar, los comuneros de la zona quieren pedir una subvención a la Xunta para que los pocos equinos que quedan en la zona lleven microchips, así como para colocar “pasos canadienses” en las pistas y evitar que dicho ganado deambule por ellas o las carreteras, con riesgo de posibles accidentes.

Se celebraba el primer fin de semana de septiembre, con un mercado, comida popular y la tradicional “rapa das bestas”. Pero desde hace alrededor de ocho años ya no tiene caballos y solo se realiza una comida popular que el año pasado no se celebró a causa de la pandemia, y se prevé que este año tampoco.

Quedan pocos caballos por la zona y los que hay “muchos no se saben de quién son” porque no tienen microchips, apunta Albino Méndez, presidente de los comuneros de As Laceiras, Carballeda de Avia, Ribadavia, y Ourense. Y con la intención de recuperar su crianza y a poder ser el curro, dice que se mantuvieron contactos con los alcaldes de Carballeda, Avión, Melón, A Cañiza, y Covelo (Pontevedra), pero cuando surgió la pandemia todo quedó en el aire.

Méndez explica que hay muchos animales de los que no se sabe quién es su propietario, y que las yeguas, que bien cuidadas suelen vivir entre 25 y 30 años si se les retira a tiempo las crías, desde hace unos años nadie se ocupa de hacerlo, por lo que terminan muy flacas, y si llega un invierno fuerte pueden fallecer. Apenas quedan ejemplares por la zona. Hace años en el curro das Laceiras había 150 caballos y en el de A Cañiza unos 200, y ahora “si se juntan 100 entre los dos curros ya es mucho”.

Tras varios años con esta situación, “ahora hay varios concellos con los que tenemos la intención de pedir a la Xunta una subvención para poner microchips gratis, cerrar los montes por comunidades, que están abandonados, y donde hay pistas poner pasos canadienses para que solo transiten los coches y las personas, pero no los animales”. Éstos estarían identificados y encerrados y contribuirían así a mantener limpios los montes y evitar los incendios. Méndez dice que “yo tenía a todos los alcaldes convocados, este proyecto les parecía algo bonito y estaban dispuestos a colaborar”. La reunión estaba prevista para que fuera en A Cañiza, pero “la pandemia lo paralizó todo”. En ese municipio hay entre 20 y 25 ganaderos que antes tenían más de 15 caballos cada uno y que ahora solo tienen dos o tres. Se pretende volver a incrementar su número, con precaución de que no anden sueltos.