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El ‘Ourense vaciado’ sin servicios bancarios: 27.000 personas sin oficina en su municipio

17, de los 27 municipios ourensanos carentes de cajero, se adhieren a un convenio gallego para “universalizar” un recurso esencial | El mantenimiento y losgastos, a cargo de los concellos

Un miembro de Protección Civil de Ambía señala el lugar donde se colocará el cajero automático. | // I. O.

Los vecinos y vecinas de Xunqueira de Ambía se tienen que desplazar hasta Allariz, coger el coche a Ourense o irse hasta Xinzo para poder actualizar la cartilla, consultar los movimientos en formato físico o realizar retiradas e ingresos de dinero. El servicio bancario languidece todavía más en el rural ourensano en el último lustro donde las pocas oficinas físicas que habían cerrado.

Con la pandemia se ha acelerado la evolución digital de todos los servicios y en especial de los servicios bancarios, sin importar las circunstancias de una provincia donde la media de edad es elevada y hay un gran número importante de personas mayores que no tienen las competencias para adaptarse a la banca electrónica. Con ese desapego social y la ausencia de empatía, los servicios bancarios están ausentes en 27 de los 93 concellos ourensanos.

26.940 ourensanos deben ir a otro concello para hacer transacciones bancarias

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Esto se traduce que 26.940 ourensanos deben cruzar las fronteras que marcan el perímetro de su municipio para poder hacer cualquier transacción o movimiento en su cuenta corriente. Ya no son solo los gastos y perjuicios que ocasiona la obligatoria movilidad, si no que es la falta de accesibilidad a un servicio básico y esencial.

De los perjuicios a la solución

El regidor de Xunqueira de Ambía, José Luis Gavilanes (PP), señala que “nosotros estamos en el Camino de la Ruta de la Plata y en el Camino Mozárabe, y para los peregrinos que llegan, que ahora lamentablemente son pocos, es un perjuicio y un problema no tener un cajero disponible para poder hacer retiradas de dinero. Muchos de ellos, se tienen que coger un taxi e ir hasta Allariz para poder tener dinero líquido”.

En 2020 se pedía una aportación económica para adherirse, ahora es "gratis"

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Otro de los concellos que se sumaron a la iniciativa fue el de Melón. El regidor Emilio Díaz (PSOE) señala que “este convenio no puede definirse de otra manera que muy positivo, porque nuestro concello tiene una edad media muy elevada, por encima de los 60 años y cada vez menos son las posibilidades que tienen para moverse y hacer movimientos bancarios en otras zonas”.

Y añade que “con la casi desaparición del transporte se vuelve más difícil todavía hacer esos movimientos con libertad individual. Nosotros estamos entre A Cañiza y Ribadavia, así que dependiendo de la zona de donde sea el vecino o vecina, se desplaza a un lugar u a otro”. El regidor recuerda que el convenio que se firmó en el 2020 se pedía una aportación económica que no se podía asumir, pero con los requisitos establecidos en 2021 se adhirieron al programa.

“Nosotros, en un principio, vamos a instalar el cajero automático en las dependencias municipales"

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Los más de 1.200 vecinos de Carballeda de Avia disponen de forma periódica de una oficina de la entidad BBVA que solamente abre dos días a la semana. La teniente alcalde del municipio, Noemí Alonso, señala que “la oficina durante la pandemia tiene la intención de cerrar, pero de momento se está manteniendo por los pelos. Ahora tampoco disponemos del TPV para el pago electrónico de los recibos, así que lo estamos gestionando todo junto con el cajero automático y un técnico o gestor que venga esporádicamente como está establecido en el convenio”.

Algunos vecinos del municipio tuvieron dificultades para ir por sí mismos a gestionar movimientos bancarios, porque, según explica Noemí “hubo falta de servicios de autobús durante la pandemia, entonces desde el Concello le llevábamos para hacer gestiones en Ribadavia como hacer la compra o acercarlos a la sucursal bancaria para hacer movimientos bancarios”.

Y añade diciendo que “nosotros, en un principio, vamos a instalar el cajero automático en las dependencias municipales, así que tendrá el mismo horario que el Concello y esperamos que tenga una buena acogida y que sea un mecanismo más fácil para aquellos que no pueden o no tienen como desplazarse”.

Un marco de gratuidad

Xunqueira es una de las localidades donde había una oficina bancaria que cerró y ahora los vecinos y vecinas tienen que desplazarse a otro municipio. El malestar del ‘Ourense vaciado’ es evidente y para intentar paliar esa reivindicación social y “universalizar los servicios bancarios”, la Xunta y la Federación Gallega de Municipios y Provincias (Fegamp) firmaron un convenio para que todo aquel municipio que quiera pueda tener un cajero automático. El convenio establece unos requisitos para los concellos que quieran adherirse.

"Universalizar" un recurso esencial

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Tras la desaparición de decenas de oficinas por la falta de rentabilidad del rural ourensano, ahora se les pide a los concellos que quieran unirse les pide que cedan gratuitamente los espacios en los que instalar los cajeros automáticos y dar el servicio de asesoramiento financiero, dotar los espacios de electricidad, telefonía y asumir los costes de los suministros durante su prestación, y hacerse cargo de la ejecución de gastos derivados de la limpieza y la conservación de los espacios y locales cedidos para la asistencia técnica y de los cajeros.

El convenio estable que el gobierno gallego se encargará de la instalación de los cajeros en las dependencias municipales, la prestación del servicio de asistencia financiera y el de formar en nociones básicas sobre la banca electrónica para aprender su uso.

El marco sobre el que pivota la “universalización” de los servicios bancarios, supone un “escándalo” para algunos de los regidores consultados que quieren evitar mostrar en público sus desavenencias con la situación en el rural. Dicen que “no es normal que a un servicio privado como es la banca, le dejemos un espacio de forma gratuito y tengamos nosotros que soportar los gastos derivados, cuando en los concellos ourensanos fueron donde más oficinas destruyeron dejando a clientes de toda la vida, sin una persona ni una oficina de referencia, y emplazándolos o bien a adaptarse a la banca electrónica o a recorrer kilómetros para poder realizar trámites bancarios”.

El ‘Ourense vaciado’ puede recuperar un servicio esencial y fundamental para fijar población y atraer a otros que durante la pandemia se fijaron en la bucólica vida rural.

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