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Apuntes sobre la biblioteca del monasterio de Oseira y sus autores

Parte superior de la biblioteca.

Entre las estancias del monasterio de Oseira llama la atención la biblioteca, con su rico mueble barroco-rococó, completado modernamente ya que tras la desamortización desapareció una buena parte. Madoz lo describió así cuando estaba en su integridad: “Tiene dos magníficas estanterías, alta y baja, componiéndose esta de columnas vaciadas y entalladas; en el centro dos grandes mesas y remata en cornisamento de orden dórico: la segunda estantería, a la que se sube por dos escaleras, que arrancan de la parte baja, guardan el mismo orden que la primera, pero le excede en los remates, que son conchas y flores, y tiene una galería donde están esculpidos en relieve los misterios de los evangelistas y Doctores” . Es ya conocida la cronología de esta obra que se realizó en tiempos de Fray Tadeo Lueña, (1771-1775), como lo afirma la crónica del monasterio: “Prosiguió y feneció la famosa librería de este monasterio en la conformidad en que se halla trabajada y asentada en la caja destinada para este efecto, en cuya hermosísima escultura se gastaron más de 50.000 reales”. La feliz aparición del Libro de obra de estos momentos, entre los libros y papeles que pertenecieron a Don Benito Fernández Alonso, que llegaron a la Biblioteca de la Diputación Provincial en 1995 y que se consideraba perdido nos permite conocer entre otros detalles, la presencia del arquitecto compostelano Lucas Ferro Caaveiro en Oseira para informar sobre la obra de la biblioteca y a los autores del mueble interesante y rico en motivos iconográficos. En varios momentos hay precisas consignaciones de obras relacionadas con la biblioteca o librería, tanto arquitectónica, como mobiliarmente, que transcribimos.

Biblioteca del monasterio de Oseira.

Obras desde el 15 de abril de 1766 hasta abril de 1767. “Obra de la Librería de el Monasterio. Para emprender y hacer la caja de la Librería pasó a Santiago el Maestro de Obras de este monasterio, con el fin de traer consigo al del cabildo de aquella Santa Iglesia y se le dieron para su gasto cien reales.Y al maestro de Santiago, por el reconocimiento que hizo del sitio en que había de hacer la obra e inspección del diseño que tenía formado el Maestro del Monasterio, se le dieron por su trabajo y gratificación quinientos reales. Y al mozo que le trajo y volvió a llevar a dicha ciudad veinte y cuatro reales. Habiéndose convenido, por no hallarse otra situación más acomodada para hacerla en que se efectuase en el sitio donde se hallaba la antigua, corriéndola y sus paredes hasta lo último de la Torre, y cogiendo el tránsito que había entre esta y dicha librería antigua, aprovechando también todo el hueco de ella, se emprendió esta dicha obra en el año pasado de 1766 y mes de marzo, en el que se empezó el arranque de piedra, y a deshacer y desmontar la mayor parte de la pared de la Torre y lado que mira al norte, y hasta los cimientos las que corresponden al medio día hacia la bodega, y capillas de la Iglesia, volviéndolas a hacer de nuevo con el altor y grueso necesario para la manutención de las tres bóvedas de arista que se han fabricado en ella y para mantener la bóveda que corresponde a la Bodega vieja, que servía de piso a la misma librería antigua, fue necesario postearla toda con maderas por la parte de abajo a fin de sustentarla, y en las que se compraron para este efecto, importe de los jornales de canteros, carpinteros y peones, el de dos grúas que se hicieron y dos maromas que vinieron de Pontevedra para subir la piedra, y más preciso para dicha obra, en cal de Lugo, hierro clavazón, fijas y clavos de armar, pontones tijeras y otras maderas para cubrirla, además de la que se ha aprovechado de las dos celdas alta y baja que había en el hueco de la torre, herreros, cuñas, palmetas y más necesario para dicha obra se gastaron cuarenta y cuatro mil y veinte reales de vellón.”

Obras desde el 15 de abril de 1769 al 15 de abril de 1770. “En las puertas de los balcones se pusieron unas barandillas de hierro, pesaron a ochenta y tres libras a veinte cuartos cada una que importaron ciento y noventa y cinco reales”.

Obras desde 15 de abril de 1771 al 15 de abril de 1772. “ Determinando la Comunidad que se prosiguiese en perfeccionar la nueva librería, reformándole algunas faltas que se habían advertido en ella, que era la de alguna luz más, y una escalera para subir a ella cuando se necesitase. Para ello fue necesario rasgar todas las ventanas de ambos lados (a excepción de una que se ha cerrado para aprovechar la celda inmediata) y las de las testeras de cuerpo entero y de superior tamaño, haciéndoles las labores según y en la forma que tenían antes, y en executar esto hacer la escalera de cantería, con las maderas para las estadas, techo y delantera de la puerta, clavos, para asegurarlas jornales de canteros, carpinteros y sirvientes con lo más necesario se gastaron cuatro mil quinientos noventa reales.”

Obras desde 15 de abril de 1772 al 15 de abril de 1773 : “Con el motivo de haberse rasgado las ventanas de cantería fue preciso volver a hacer las vidrieras y además de los cristales que tenían se compraron otros veinte y cuatro, a cuatro reales y medio cada uno, ciento y ocho reales. Ochenta libras de plomo a real y medio libra ciento y veinte reales. Veinte y dos de estaño ciento y treinta y dos reales. Doscientas noventa libras de hierro a real, doscientos y noventa reales. En hacer los marcos de este material, crucetas, barretas, fixas y más necesario, se gastaron doscientos sesenta reales. Para ponerlas se hizo una escalera grande de madera y tuvo de coste con todo lo preciso ciento y veintiocho reales. Hízose el piso de dicha librería encima de tres vigas mayores, gastáronse trescientos y cuarenta pontones fuertes; costaron seiscientos ochenta reales. Otros seiscientos cuarenta palmos de piso a dos reales, mil doscientos ochenta reales. Costó el barrote que se gastó en dicho piso, doscientos y treinta reales. En trece millares de clavos de a ochavo a treinta reales cada uno trescientos y noventa reales. Los carpinteros por seiscientos jornales llevaron dos mil cuatrocientos reales. Los canteros por sesenta jornales que devengaron por abrir los sitios para las vigas, zancas y dar de cal a las vidrieras se les dieron a razón de cuatro reales por día, doscientos y cuarenta reales. Para los estantes, cornisas y cajones se buscaron en diversas partes las maderas gruesas que se necesitaron para uno y otro, y por ser a satisfacción tuvieron de coste tres mil seiscientos y ochenta y ocho reales. Y porción de las menudas y más delgadas para el mismo fin (además de la que salió de dos castaños que salieron del cercado) tuvieron de coste cuatro mil quinientos y cincuenta reales. Y todos hacen 14.496.”

Obras realizadas entre el 15 de abril de 1774 al 15 de abril de 1775: “Prosecución y fenecimiento de la Librería. En la prosecución i fenecimiento de la Librería de este Monasterio y en la conformidad que se halla trabajada i asentada en la caja destinada para este efecto, hasta su conclusión, se han gastado en jornales de tallistas, carpinteros, serradores que prepararon la madera necesaria, herraje para dentro y fuera de ella, herreros que la hicieron, cerraduras, llaves, mesas, bancos de respaldo, tirantes, escudos de metal para uno y otro, Puerta principal y cajones. Porción de tabla de piso y fayado para los estantes, alacenas, escaleras, puertas intermedias i caxones, pontones, cadenas de algunos que se gastaron de los del depósito y acopio, cargando en cuentas, madera gruesa para las mesas, coronación,puertas y efigies hasta ponerla en la última perfección, se han gastado con la gratificación que se dio a Joséf Rodríguez Ledo y Santiago García, vecinos de la feligresía de este monasterio, Maestros de la Obra, cincuenta mil ciento y cincuenta reales” .

De estos maestros se tienen pocos datos, siendo las referencias bibliográficas a ellos casi inexistentes. Couselo Bouzas, citando “notas de D. Benito Fernández Alonso”, que están tomadas de este mismo libro de Obra, aporta que Santiago García “era vecino de Peneda”, y que en 1794 hizo el coro del monasterio y en 1804 la fachada de la Iglesia de Señorín.

Después de la exclaustración una parte de la estantería se colocó en el coro alto y es lo que se salvó, permitiendo su total y exacta reconstrucción que se llevó a cabo bajo la dirección del. P Juan María Vázquez Rey entre 1976 y 1978, siendo uno de los tallistas Manuel Álvarez Álvarez, de Barbadás. La parte del mueble original desaparecida no se tienen noticias concretas de su destino, siendo lo más probable su desguace para ser utilizada como combustible.

También el libro de obra nos ofrece datos sobre libros que en diversos cuatrienios se compran para la biblioteca. Estos datos pueden ayudar a quien se proponga, utilizando también otras fuentes, la reconstrucción ideal de la Biblioteca ursariense.

(*) Director del archivo diocesano

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