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Hormigón junto al Puente Viejo: empedrado y plantas embellecerán el área en reforma

La obra del entorno del Puente Viejo de Ourense. // IÑAKI OSORIO

En las obras de acondicionamiento del entorno del Puente Viejo de Ourense, uno de los símbolos de la ciudad, el hormigón destaca en esta fase de la reforma en el entorno de una infraestructura que es mucho más que eso: un monumento histórico-artístico desde 1961, un Bien de Interés Cultural, un elemento central en el escudo de la urbe y un puente medieval, con reconstrucciones varias y cuyos orígenes se remontan a la época romana, al siglo I. Es de tránsito solo peatonal desde 1999 y sobre él discurre la Vía de la Plata del Camino de Santiago.

Frente a algunas críticas en las redes sociales por la imagen actual de cemento a la vista, la Xunta defiende la actuación e invita a esperar a que los trabajos finalicen. “Se han colocado ya plantas trepadoras y la pista de hormigón no va a quedar así”, afirma el delegado territorial, Gabriel Alén. “Se colocará un empedrado similar al del puente y se embellecerá el hormigón de los muros laterales, que será abujardado. La zona en la que se encontraba el skate también será embellecida con árboles”, explica el responsable provincial.

Así se ve desde el Puente Viejo la zona en obras. // I. OSORIO

La Consellería de Infraestruturas señala que la imagen actual “é unha solución provisional, pois o proxecto de posta en valor da Ponte Vella de Ourense prevé construír un novo pavimento de lousa de pedra na rúa que baixa a carón da ponte. Mentres non se chegue a esa fase de obra –a de pavimentación– e dado que as lousas existentes na ponte estaban fracturadas, decidiuse reparalo de forma provisional para evitar accidentes dos peóns que transiten polas beirarrúas e que accedan á Ponte Vella”. Según la respuesta del departamento del que es titular Ethel Vázquez, se mantiene el horizonte del verano como fecha para la puesta en servicio del acondicionamiento.

La Xunta asegura que el objetivo de la intervención es “resaltar a monumentalidade deste conxunto emblemático entre a Ponte e a capela dos Remedios, reforzando o vínculo entre estes dous elementos patrimoniais e ofrecendo unha imaxe máis integrada e amable para os veciños e os turistas”. La declaración de monumento histórico-artístico de 1961 ya incluía a los dos elementos patrimoniales.

La zona de hormigón junto al Puente Viejo, con la obra del entorno avanzando. // IÑAKI OSORIO

La actuación, cuya inversión es de 1,1 millones de euros, abarca el Puente Viejo, la oficina de turismo, el entorno de la capilla dos Remedios y la mejora de la conexión con la senda para paseo y deporte del Miño. Además, se habilita un mirador sobre el río. Con el reciente traslado de la zona de skate park al parque do Couto, las obras permitirán aprovechar ese espacio liberado, en el que ayer trabajaba una pala. Además, el PP de Ourense propuso que se estudiara la posibilidad de aprovechar una surgencia de la zona para una fuente termal. Las catas ya se han realizado pero aún no han trascendido los resultados, según indican fuentes de los populares.

Infraestruturas recuerda que este intervención da continuidad al proyecto de primera fase, ejecutado en el año 2016, que consistió en la puesta en valor del Puente Viejo, con una inversión autonómica entonces de más de medio millón. En total, la cuantía para este monumento supera los 1,5 millones de euros en un lustro.

Maqueta de cómo quedará el entorno tras la obra

El Colegio de Arquitectos: “Quizá se podría haber buscado la manera de sacar a la luz esa parte soterrada de origen romano, con una obra de mejora no solo del entorno sino que se acuerde del propio monumento. En ese sentido es una oportunidad perdida”

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El presidente del Colegio Oficial de Arquitectos en Ourense, Rafael Castro, aboga por una opinión prudente a estas alturas del proyecto. “No es adecuado entrar a valorar una obra que no está terminada, conviene esperar para ver cómo queda rematada la zona de hormigón, si la funcionalidad es adecuada y también la estética es acorde con el entorno”, indica. “Es muy importante que la obra nueva no se mimetice con la antigua, para que se diferencie dónde terminan una y otra. Tampoco es lo mismo el hormigón recién hormigonado, todavía con brillo, que con el efecto del tiempo, que ayuda a que se mimetice más. El hecho de que se use ese material no tiene por qué restar protagonismo al monumento en sí”, añade Castro.

No obstante, el experto tiene la impresión de que “no se realizó en su momento un análisis exhaustivo del entorno en el que se está trabajando, pegado a uno de los BIC más importantes de la ciudad. El proyecto parece que solo se centra en la accesibilidad. En el primer arco, previo al que está sobre la N-120, parte del monumento está soterrado porque la cota se elevó para hacer la calle”. Del puente romano original solo se conservan algunos sillares almohadillados de las bases. “Quizá se podría haber buscado la manera de sacar a la luz esa parte soterrada de origen romano, con una obra de mejora no solo del entorno sino una obra que se acuerde del propio monumento. En ese sentido es una oportunidad perdida”.

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