Reza no quiere ser San Miguel de Vilanova de Arousa, donde la Consellería de Infraestructuras de la Xunta de Galicia, realizó una senda ciclista por la PO-307 y ahora los vecinos están condenados a quedar sin accesos adecuados a sus viviendas. La comunidad afectada de la senda peatonal de Reza ya tiene un precedente para mostrar a la Administración de problemas con la construcción de una senda. El mejor ejemplo, el de un testimonio a FARO, de un vecino arousano. José Manuel Nogueira, vecino de San Miguel de Vilanova de Arousa, cada vez que intenta salir o entrar a su casa, se encuentra con una profunda cuneta que provoca daños en los bajos de sus coche. El vecino decía que cuando levantó su casa, tuvo que pagar y construir una acera que costó 3.800 euros, una acera “que desapareció bajo la piqueta sin que nadie me diese ningún tipo de explicación”. Y otro de los vecinos afectados de Vilanova de Arousa, Ricardo Rodríguez, señala que “toda la obra es un sinsentido, no podemos acceder a nuestras propiedades”, por el relieve que dejaron en la obra. Ahora, la Consellería de Infraestructuras trabaja en la solución a lo que consideran “una chapuza” y la titular de la materia Éthel Vázquez, advertía que “se está trabajando para ofrecer una solución a esas viviendas”. Los arousanos mostraron su malestar tras la obra y la comunidad de Reza pretende no vivir la misma situación que la que sufren desde la parroquia de Vilanova de Arousa, donde ahora se tienen que realizar modificaciones a un proyecto que es un “despropósito”. El mismo adjetivo que utilizan los vecinos de Reza, a una expropiación, “que ahora nos coge el doble”.