¿Quién asesinó a la ourensana Socorro Pérez? La pregunta continúa vigente porque este grave crimen no se ha resuelto seis años después. La mujer de 43 años, vecina del barrio de O Couto, desapareció el 2 de mayo de 2015 mientras hacía deporte. Su cuerpo no fue localizado hasta 33 días más tarde, en una zona forestal próxima a la urbanización Mun di Deu, en el monte del seminario. La causa judicial permanece archivada provisionalmente desde mediados de 2018.

La comisaría de la Policía Nacional de Ourense, cuya labor inicial criticó la familia por una falta de “celo profesional” y por la escasez de los medios materiales y personales asignados a esta investigación en comparación con otros crímenes en España, asegura que “el caso permanece abierto y se continúa trabajando en él. En absoluto se olvida”. Transcurrido un año más sin saber quién o quiénes mataron a Socorro –la hipótesis es que fue víctima de una agresión sexual–, sus allegados mantienen su memoria viva y, sin perder la esperanza de que el caso llegue a resolverse, piden a las autoridades y también a la sociedad ourensana que no se olvide.

“Estamos impacientes y queremos saber. Este crimen no puede quedar impune. Es imprescindible dar con el asesino o asesinos, ya no solo para hacer justicia con la familia sino también con la sociedad, resolviendo un crimen machista”

“La situación de la familia es desoladora. El tiempo pasa y prácticamente estamos como el primer día. No es normal que nadie informe ni se ponga en contacto con ningún miembro de la familia”, lamenta Jesús María Pérez, primo de Socorro por parte de padre y portavoz de los parientes desde que ocurrió el crimen. “Estamos impacientes y queremos saber. Este crimen no puede quedar impune. Es imprescindible dar con el asesino o asesinos, ya no solo para hacer justicia con la familia sino también con la sociedad, resolviendo un crimen machista”, subraya.

Paula Rodríguez, prima de Socorro por parte de madre, asume que “el tiempo no juega a nuestro favor y no va a ser fácil resolver qué pasó, es algo que pienso desde el principio. Necesitamos un poco de suerte, que a lo mejor no depende tanto del factor tiempo. Yo todavía no pierdo la esperanza completamente”, indica Paula.

Los hechos

Socorro Pérez salió a hacer deporte la tarde del sábado de 2 mayo de 2015. Su cuerpo fue localizado el 6 de junio. El homicida la agredió sexualmente, según la hipótesis principal de la Policía, y la golpeó con una piedra en la cabeza, un traumatismo que causó su muerte. El asaltante cubrió el cuerpo de la ourensana con hojas y maleza. La Policía descartó el crimen como hipótesis más probable al principio y, siguiendo un testimonio, volcó la búsqueda de la mujer en el entorno del río Miño.

La familia había dejado claro a los agentes que una marcha voluntaria o un suicidio no encajaban con el perfil de Socorro. Desde que apareció el cuerpo sin vida, un mes más tarde, “tardaron más de quince días en venir especialistas de Madrid a Ourense”

El hombre que dijo haberla visto la tarde de su desaparición, en Vistahermosa, de regreso aparentemente al barrio de O Couto, aseguró semanas después que se había equivocado de fecha. No se encontró en la escena ADN suficiente para poder identificar al autor. En su momento, la Policía aseguró haber rastreado bases de datos de agresores sexuales y también examinado miles de comunicaciones telefónicas de la zona.

El cuerpo sin vida de la víctima fue localizado más de un mes después de su desaparición. // BRAIS LORENZO

El portavoz de la familia: "Habría que haber pedido refuerzos, ya sea a Coruña o a Madrid. Faltó celo profesional e interés en la causa, y eso me indigna y me produce una gran tristeza"

La familia había dejado claro a los agentes que una marcha voluntaria o un suicidio no encajaban con el perfil de Socorro, que carecía de problemas económicos, familiares y sentimentales. Desde que apareció el cuerpo sin vida, un mes más tarde de su ausencia, “tardaron más de quince días en venir especialistas de Madrid a Ourense”, recuerda Jesús.

En el caso de Socorro Pérez se han hecho las cosas ya no mal, sino mal al cuadrado. Era un contexto en el que la comisaría se encontraba patas arriba con los líos internos que todos conocemos. Habría que haber pedido refuerzos, ya sea a Coruña o a Madrid. Faltó celo profesional e interés en la causa, y eso me indigna y me produce una gran tristeza”, critica el portavoz de la familia. “No puedo admitir que el caso de mi prima sea un caso de segunda o de tercera categoría, no existen los asesinatos machistas de primer o de segundo orden”, subraya Jesús María Pérez.

Carmen, prima y compañera de la víctima: “Me da pena que se puede olvidar este caso, a veces hay crímenes sin resolver, pero me daría mucha pena no poder hacerle justicia"

“En el momento en el que sucedió era un muy mal momento para la comisaría. La persona que investigó en un primer momento está imputada por un homicidio. No cabe duda de que las cosas se pudieron hacer mejor”, enlaza Paula, aludiendo a uno de los policías gemelos, que entonces era el jefe del SAF, el grupo que investiga las desapariciones.

“El paso del tiempo no alivia”

“Me da pena que se puede olvidar este caso, a veces hay crímenes sin resolver, pero me daría mucha pena no poder hacerle justicia. Socorro era como una hermana para mí, nos quisimos siempre muchísimo y nos llevábamos muy bien. Solo con nombrarla ya me pongo mal”, relataba ayer Carmen Yáñez, prima segunda de la víctima y compañera de trabajo.

Seis años esperando una respuesta pesan. “Hay ciudadanos de primera, de segunda y de tercera”, dice molesta. “Ojalá me equivoque, pero mi impresión es que este caso está en el olvido. Estamos en 2021 y sinceramente creo que no están trabajando. Ya desde el principio lo hicieron mal”, critica esta familiar.

Paula, prima: "Siempre pensé que fue una persona que como mínimo la conocía, y que no fue algo planificado. Tengo muchas dudas de que la mataran en el sitio donde estaba el cadáver. Le das vueltas a todo: el paso del tiempo no alivia según qué cosas”

Un homenaje de allegados de Socorro Pérez, antes de la pandemia. // BRAIS LORENZO

La pérdida de Socorro sigue muy presente para los suyos, que reclaman justicia. “He dado 50.000 vueltas de cómo pudo ser y ya no sabes qué pensar. Ella era una chica atlética, que corría. O la cogieron por detrás o alguien que la conocía la estaba esperando”, baraja.

“Creo que el asesino está entre nosotros, en la ciudad o en la provincia, que alguien viniera de fuera a cometer una violación o un asesinato no digo que sea imposible pero la probabilidad me parece menor”, asegura Jesús. “Siempre pensé que fue una persona que como mínimo la conocía, y que no fue algo planificado. Tengo muchas dudas de que la mataran en el sitio en el que estaba el cadáver. Claro que le das vueltas a todo: el paso del tiempo no alivia según qué cosas”, manifiesta Paula. “Encontrar al culpable algo ayudaría, por la tranquilidad de saber que esto no quedaría impune y de que esa persona va a estar vigilada y no podrá repetirlo”, dice.

“Lo primero que tenemos que reivindicar es que la memoria colectiva, que a veces es frágil, no flojee, y que sigamos recordando a Socorro”, subraya Jesús. Son seis años sin respuestas.