El ourensano afincado en Pontevedra Carlos Paz, reconoce que solo a través del trabajo coordinado de profesionales y aplicando tecnologías punta, que están realizando ya empresas de Galicia, se pueden llevar a cabo trabajos como uno de los más ambiciosos que tienen entre manos: la recreación infográfica a tamaño real del castro de San Cibrao de Lás, en Ourense.
Esto significa que el disfrute de este tipo de arquitectura recreada, con colores, estructuras, calles, muros y los utensilios de aquella época castrexa, se podrán disfrutar luego a través dispositivos como las llamadas gafas Hololens, uno de los modelos que hay en el en el mercado y que permite, a través de un dispositivo, que cualquier persona pueda “entrar” , en ese caso a este castro, o cualquier otro monumento recreado, “y ver todo en el mismo tamaño y la misma posición de colores que era originalmente”, indica Carlos Paz.
Hay, además de un reto, un compromiso en este equipo, que está preparando otros grandes trabajos, como la exposición en el Museo do Mar de Vigo del gran proyecto de Antonio Palacios para la ciudad olívica, o la que se hará también con grandes proyectos de Palacios en colaboración con la USC en Santiago o para Ourense.
“Se trata de recuperar un patrimonio que en Galicia es incontable. Solo en castros podemos tener más de cinco mil y miles de edificios de un valor patrimonial incalculable que, si no se conocen ni hacen que la gente pueda sentirse orgullosa de su historia”, indica Paz.
Con estas recreaciones, pretende también reivindicar la propia historia, la prehistoria, la de los habitantes de los castros, distorsionada en ocasiones.
“Mostrar cómo vivían los castrexos, los trajes de aquellas mujeres, mucho más ricos y coloristas que los de los romanos, al igual que el colorido interior que tenían sus casas”, señala. Es “recuperar una historia propia ninguneada, que muchos romanistas quisieron ocultar”, recuerda.
Algo que Paco Boluda, colaborador también en muchos de estos proyectos subraya: “Demuestra que no éramos una Galicia en blanco y negro, sino avanzada y llena de color”.
Carlos Paz lo enfatiza: “Los romanos vinieron a robar nuestro oro, era lo que interesaba, esta no era la historia de atraso que nos contaron y que muchos historiadores intentaron ocultar, vetando incluso a quienes trataban de poner en valor y reivindicaban la historia real de Galicia y su valioso legado”, afirma.
A partir de ahora, el trabajo de estos rescatadores de la historia y en cierto modo de la raíces de los gallegos, dan el paso de oficializarse como asociación especializada. El trabajo del CIAG no necesita más refrendo que verlo para valorarlo, y esperan que como tales se les facilite apoyo institucional, sin tener que pagar por el acceso a determinados archivos documentales de instituciones públicas, cuando lo que buscan en esos archivos son datos rigurosos para documentar un trabajo de fondo, silencioso y riguroso, que en muchos de los casos no ha buscado recompensa económica. Son la luz de la historia, y ponen luz para poder viajar al pasado con técnicas del siglo XXI.