La amenaza de la lluvia podría ser una de las razones por las que el nuevo skate park, situado en el parque de O Couto, estuviera vacío. Pero desde la mañana los más adeptos a los deportes urbanos se acercaron a ver y disfrutar de las instalaciones. Es una pista de cemento, que levantó críticas entre los vecinos por la tala de árboles y la pérdida de armonía natural, de un parque hecho a escuchar el silencio. Sin embargo, ayer por la tarde se demostró que puede haber convivencia.

La mayoría de los que se acercaron se enteraron por la prensa de que se abría para el público en general y con el patinete en mano, programaron la música y empezaron a olvidarse del reloj. Pero siempre, mirando al cielo.

Los consultados en el día de ayer, decían que “teníamos que venir a probarlo, está bien, la verdad había ganas de estrenar las instalaciones”. No solo es atrayente para los deportistas urbanos, si no que padres y madres con sus hijos pasaron horas durante la tarde.

Un joven realiza un salto en las nuevas instalaciones del skate park de O Couto. // IÑAKI OSORIO

Y, ¿el pump track?

La Agencia Gallega de Insfraestructuras, Patrimonio y el Concello de Ourense abordaron ayer la necesidad de un cambio de aplazamiento del “pump track”, debido a la presencia, en la zona inicialmente prevista para su emplazamiento, de infraestructuras ya existentes de difícil movilidad, como las canalizaciones de gas, y por cuestiones medioambientales, para garantizar el mantenimiento de los árboles existentes.

A la hora de cierre de este periódico no se conocía el lugar acordado, y los deportistas urbanos y vecinos que ayer se acercaron al skate park auguraban varios emplazamientos, pero sin ninguna confirmación oficial.

No todo son adeptos a las instalaciones ya que los críticos, un sector de los vecinos del barrio, critican la dejadez del PP en el procedimiento de elaboración del proyecto y también aluden a que “más verde e menos cemento no barrio”. Y añaden que “mediante engano seguiron para adiante y agora siguen para cementar a zona infantil e verde do Parque das Aventuras. Non teñen perdón”. Lo dicho, adeptos contentos por una zona donde divertirse y detractores por el “cemento institucional” que pusieron en el barrio.