No hay sucesión posible en el Concello de Ourense, al menos a largo plazo. Tras el órdago lanzado por el PP, exigiendo a los socialistas la dimisión como edil de su portavoz municipal, Rafa Villarino, como condición para negociar una moción de censura en el Concello, hay que aplicar en Ourense, el lema de los monárquicos franceses – “el rey ha muerto, larga vida al rey”–, pero adaptado a la ‘valleinclanesca’ realidad política de la menguante ciudad de As Burgas: “La moción de censura ha muerto, larga vida a Jácome”. Todo apunta ya a que el actual alcalde de Ourense y su gobierno municipal de tres miembros, de los 27 que tiene la corporación ourensana, es la única alternativa de aquí a los comicios municipales de 2023. Con el resto de la oposición en pie de guerra (BNG y C´s) pues no entienden qué ha pasado, para volver a frenar la censura, con los mimbres ahora en apariencia ya más entretejidos, el comercio, en especial los comerciantes de la plaza de abastos “hartos de que se peleen por la alcaldía en lugar de pensar en los problemas de la ciudad, pues llevamos más de diez años sin un plan de urbanismo” ·, indicaba el presidente de los placeros, y el movimiento vecinal organizándose, para analizar los costes de esta situación y pedir responsabilidades todos los grupos políticos, Ourense sigue sumergida en la anécdota. Esta semana el alcalde, más próximo de nuevo a las tesis del PP que a la del resto de grupos, y pese a que los enemigos le crecen hasta en casa, veía como los intereses cruzados de otros le han vuelto a dar oxígeno. Sus supuestos verdugos se han liado a guantazos y el Jácome más jocoso. tras reírse de ellos, al ver que el circo local ha cambiado de escenario, avisa de que por su parte seguirá “trabajando para cambiar Ourense, que no es poco”.

El alcalde se burla

Gonzalo Pérez Jácome, más tranquilo que nunca, en especial tras su reciente reunión privada con el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, ironizaba ayer desde sus redes. "Insto a PP y PSOE, a que NO lleguen a ningún acuerdo sobre la moción de censura" señaló, para luego ponerse "más serio" y confesar que se alineaba con las tesis populares de que a Villarino hay que echarlo del Concello, pues "si hace alcalde a alguien que indique el PSOE, mañana mismo podría dimitir ese alcalde de paja, y Villarino tendría todas las opciones de ser el regidor, después de una votación desde cero, porque ahora los tránsfugas son sus mejores amigos" indica Jácome en relación al supuesto acercamiento entre el PSOE municipal y los díscolos del partido del alcalde. "Es decir, las reticencias del PP están fundadas, y es que el único modo de asegurarse de que Villarino no termine de alcalde, es que éste deje su acta de concejal. Por ello las declaraciones de Villarino de auto-apartarse, pudieran ser un farol" indicaba ayer Gonzalo Pérez Jácome.