Antes de la llegada de la pandemia el municipio de Vilamarín tenía 1.852 habitantes, pero ha despedido el año 2020 con más de 1.900 tras sumar 85 nuevos vecinos procedentes de otros lugares de Galicia y el resto de España. Además, ha registrado la venta de varias viviendas en buen estado e incluso de coste elevado, y en lo que va de 2021 se censaron más personas, experimentando una segunda ola de demanda de inmuebles.

La tendencia en Vilamarín, entre fallecimientos y cambios a otro domicilio, era la de perder población, y “no venía gente de fuera”, lamenta el alcalde, Amador Vázquez. Pero lo que acontece desde el año pasado “no sucedía en muchos años”, asegura el veterano político, que lleva casi cuatro décadas dirigiendo este concello.

En 2020 llegaron 85 nuevos vecinos, desde territorios como Barcelona, Madrid, Sevilla, Vigo y otros lugares, “todos jubilados que compraron aquí muy buenas casas”. El alcalde señala que la mayoría son inmuebles de elevado valor económico, y que los que se interesan por comprar prefieren viviendas en condiciones para ser ocupadas, y no se inclinan tanto por la rehabilitación.

En lo que va de este año, además de que está aumentando el censo, Vázquez asegura que se constata una segunda ola de demanda de casas, pero el problema es que “la gente no vende o piden como si tuvieran un palacio”, y los demandantes que están apareciendo ahora “quieren gangas, precios más económicos”, a diferencia de los que compraron en 2020.

Vilamarín es un municipio que cuenta con una escuela infantil con 20 niños matriculados, una residencia de mayores que está en fase de ampliación, con una veintena de nuevas plazas, además de otros servicios.