El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome ha afirmado este jueves en rueda de prensa que la Xunta "va a hundir el modelo termal de Ourense que ella misma promocionó, pues la aplicación de la ley gallega de usos termales se carga el 80 por ciento de las pozas termales de la ciudad".

La normativa obliga a renovar cada cuatro horas el caudal de las pozas, alegando medidas sanitarias ajenas al COVID. Como el caudal de agua termal no es suficiente para mantener llenas todas esas pozas cada cuatro horas, de cada cinco que hay en Outariz o A Chavasqueira solo se podrá abrir una, y con un máximo de 8 bañistas o 10 a la vez.

La noticia es un mazazo para el principal atractivo turístico que tiene la ciudad y que tuvo que cerrar por la pandemia. El alcalde va a consultar con la asociación de ciudades termales de España qué ocurre con instalaciones similares a las de Ourense. La Xunta hará oficial el protocolo definitivo esta semana, pero según Jácome las reuniones previas son desalentadoras para el termalismo local. La ley podría afectar a otros modelos similares en la provincia.