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La cancelación de AstraZeneca en menores de 60 años deja en suspense a 10.700 ourensanos

Zona de espera habilitada en el recinto ferial tras recibir la vacuna. | // BRAIS LORENZO

La cancelación de la vacunación con AstraZeneca a las personas menores de 60 años ha tenido efecto inmediato en el área sanitaria de Ourense. El Sergas desconvocó ayer a los 117 trabajadores de profesiones esenciales que tenían hora para vacunarse y ha empezado a reprogramar algunas citas de mayores de esa edad para ajustar las dosis dispensadas a cada área sanitaria. En el aire está qué pasará con todos aquellos que ya han recibido la primera dosis de esta solución y que desconocen si habrá o no una segunda y, en este caso, con qué firma. En la provincia están en esta situación de incertidumbre 10.706 personas.

Se trata de aquellos que han recibido la primera dosis de AstraZeneca, entre los que se incluyen personas de menos de 55 años pertenecientes a colectivos esenciales como policías, guardias civiles, bomberos o personal docente y de escuelas infantiles, entre otros, además de todos aquellos vecinos que participaron en la experiencia piloto de vacunación masiva que se celebró el 13 de marzo en Expourense y los hospitales de Verín y O Barco con 2.150 personas convocadas de entre 50 y 55 años.

En conjunto, y dado que esta misma semana se empezó a administrar también este tipo de vacuna al colectivo de entre 60 y 65 años, son 15.877 los ourensanos que han recibido la primera dosis de AstraZeneca. Los 5.171 que se vacunaron en esta convocatoria masiva que se inició el martes tendrían garantizada la segunda dosis por su edad, pero debido a los constantes vaivenes que se han producido con la farmacéutica británica, ahora todo son incógnitas.

En cualquier caso, desde el área sanitaria recuerdan que la separación entre los dos viales es de 10 a 12 semanas, por lo que la segunda empezaría a administrase en mayo y hasta entonces todavía pueden producirse novedades.

31.859 ourensanos con las dos dosis

En la provincia se han administrado hasta la fecha 94.982 vacunas, 15.877 de AstraZeneca, 73.042 de Pfizer y 6.063 de Moderna, y son 31.859 los ourensanos que ya han recibido las dos dosis y, por lo tanto, están inmunizados contra el COVID-19. La mayoría son residentes y trabajadores de centros sociosanitarios y mayores de 80 años, todos ellos con Pfizer y Moderna, ya que el segundo vial de AstraZeneca todavía no ha empezado a administrarse.

Participación

La suspensión de la vacuna de esta solución entre el colectivo de menores de 60 años no ha afectado a la campaña de vacunación masiva que se desarrolla desde el martes y hasta el domingo en Expourense y los hospitales de Verín y O Barco entre la población de 60 a 65 años y de 75 a 79. Durante el martes y el miércoles pasaron por estos tres puntos 5.171 de los 6.600 convocados, lo que arroja índices de participación del 83,7% en Valdeorras (228 vacunados), del 77,8% en Ourense (4.046) y del 76,5% en Verín (497).

Un mayor recibe la vacuna, ayer Expourense. | // BRAIS LORENZO

Vacunación del grupo de 75 a 79

Ayer arrancó la vacunación para el grupo de 75 a 79 años con 12.600 convocados en los tres puntos para la vacuna de Pfizer. Por Expourense pasarán más de 2.500 personas cada día hasta el domingo, y por los hospitales de Verín y O Barco 600 ayer y otros 600 hoy.

La participación en este caso se prevé aún mayor, apunta la enfermera Verónica Civeira: “Vienen con muchísimas ganas y la afluencia está siendo buena; ya en los centros de salud nos habían dado ejemplo con casi un 100%, y los que no van siempre es por un motivo justificadísimo”, señala.

"Los mayores vienen con muchas ganas; ya en los centros de salud nos habían dado ejemplo con casi un 100% de participación". Verónica Civeira, enfermera

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La vacunación con este colectivo va a un ritmo de 3 minutos por vacuna desde que el usuario chequea su código QR. “Con los mayores nos lleva más tiempo porque suelen venir más abrigados y a veces hay que ayudarles con la ropa, también tienen más dudas y preguntas”, indica Civeira.

Tras recibir el pinchazo, pasan al pabellón central y esperan, vigilados por un médico, durante unos 15 minutos. En este espacio se echa a llorar María Leticia Rodríguez, de 78 años, al ser preguntada por la importancia de este momento. “Si se pudiese comprar ya la tendría puesta desde hace mucho tiempo; llevo un año sin ver a mis hijos y a mis nietos”. Esta mujer padece una dolencia de corazón y sufrió un derrame cerebral en plena pandemia. “Quieren protegerme y nos hemos visto de lejos y por el teléfono. Viven todos en Ourense pero no los vi para nada y se me está haciendo muy duro esto”, lamenta.

“Si se pudiese comprar ya la tendría puesta desde hace mucho tiempo; llevo un año sin ver a mis hijos y a mis nietos". María Leticia Rodríguez, 78 años

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En el hueco que deja al irse tras los 15 minutos, se sienta Irene Rodríguez, también de 78. Saca al móvil y envía un audio de Whatsapp: “Ya estoy vacunada, ahora tengo que esperar 15 minutos”. Es para su hijo, que la espera fuera. Viuda desde hace 17 años, esta mujer apenas ha salido de casa desde que estalló la pandemia. Habla con sus hijos a todas horas y se han visto en ocasiones, pero atrás quedaron las comidas de los fines de semana. ”Soy diabética y lo que tengo no es miedo, es pánico. Tengo un bisnieto pequeñito y todavía no le he dado un beso”, comenta. Saca el móvil para enseñar las fotos del pequeño que le envía su nieta. “Ella me dice ‘cógelo, cógelo’ pero yo no me atrevo, tengo miedo a pasarle algo ¿Y si tengo el virus?”.

”Soy diabética y lo que tengo no es miedo, es pánico. Tengo un bisnieto pequeñito y todavía no le he dado un beso”. Irene Rodríguez, 78 años

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El pinchazo que recibió ayer le inyectó pura alegría. Cuenta que cuando recibió el SMS el pasado martes estaba en el oculista y acababan de ponerle las gotas de dilatación. Solo alcanzó e leer ‘día 8... feria’ pero cuando por fin descifró que era la cita se emocionó. “Hoy fue una alegría llegar aquí y que me pincharan”, decía ayer, deseosa de recibir la segunda dosis. “¡Ay cuando pueda achuchar al niño!”.

A José García, que nació en 1942, le tocó ayer y mañana volverá a Expourense con su mujer, que es del 45. En realidad la cita le correspondía hoy pero se equivocó. “Ya que estaba me atendieron igual, fue rapidísimo y no sentí absolutamente nada. 15 minutos de espera y para casa”, apunta.

“La lotería no toca, pero esto sí”. José García.

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Afirma que tenía ganas ya de que llegase este momento porque le aporta una mayor “tranquilidad”. Y aunque estos días ha seguido la polémica de AstraZeneca, asegura que si le hubiese tocado esta vendría “igual, con las mismas ganas”. Abandonó Expourense satisfecho: “La lotería no toca, pero esto sí”.

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