Justicia en año COVID: más telemática, un 10% menos de casos y crisis en despachos
La Fiscalía, que mantuvo un canal de comunicación directa con los geriátricos, observa un aumento ahora del trabajo | Procuradores: “Si no hay para comer no hay para pleitear”

La fiscal jefa, Eva Regueiro, el juez decano, Leonardo Álvarez, y la decana de la abogacía de Ourense, Pilar López-Guerrero, ante el palacio de justicia, sede de la Audiencia Provincial. // I. OSORIO / J. Fraiz
De un parón desde el 13 de marzo al 4 de junio a la reanudación con precauciones; de la tímida incursión en la justicia telemática a la generalización casi obligada de los medios a distancia. La pandemia también impactó y obligó a adaptarse a la justicia, una administración en la que las reformas suelen ir más despacio. La situación sanitaria y sus restricciones provocaron en 2020 un descenso de un 11,4% en la entrada de casos en los órganos judiciales gallegos. En Ourense se ingresaron 30.582 asuntos, un 9,9% menos que los 33.916 de 2019. Cayó aún más, en un porcentaje del 15,1%, el número de procedimientos resueltos: 28.607 frente a los 33.663 del ejercicio previo.
“Con la pandemia el trabajo ha bajado, en mi juzgado por ejemplo hay menos asuntos que implican instrucción, pero sí es cierto que ahora se empiezan a notar que las guardias y los juicios rápidos tienen unos números más normales”, indica el juez decano Leonardo Álvarez, titular de Instrucción 1.
“En el contexto de la pandemia, la justicia en Ourense está en buen estado. Ha recuperado muy bien la situación en la que los plazos procesales estuvieron suspendidos. No se han producido grandes retrasos ni problemas”, dijo el pasado 18 de marzo el presidente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), José María Gómez y Díaz-Castroverde. La “gran preocupación” es el juzgado de Familia (Primera Instancia 6 de Ourense). Pero con la renovación del juez de refuerzo más la adscripción, desde el 1 de marzo, de una jueza de la nueva promoción, “las medidas que estamos adoptando están dando un resultado muy bueno; se ha producido una reducción de asuntos en 2020 y en el último trimestre”.
El juez decano: "Hay que avanzar más en el expediente digital, que todavía va lento, y en la posibilidad de acogerse al teletrabajo. Las novedades que incorporamos vinieron para quedarse. En justicia lo que se ha hecho es para el largo plazo"
“Tuvimos que ponernos en marcha con el teletrabajo muy rápidamente, la mayoría de letrados no tenía portátiles y hubo que hacer un trabajo inmediato a través de la Xunta para dotarlos de ese instrumento. Con una velocidad tremenda nos adecuamos a las videoconferencias, a teletrabajar, a utilizar las aplicaciones para comunicarnos con los funcionarios”, recuerda Josefina Diz, que es la secretaria coordinadora provincial. La situación sanitaria, comparte, aceleró el empleo de los medios telemáticos, “pero la provincia ya estaba muy avanzada en la recepción de documentación por vía telemática. Quedan cosas y estamos pendientes de avances para implantarlas”.

La oficina de un juzgado social de Ourense
Casi la mitad de las víctimas mortales del COVID en Ourense fueron residentes en geriátricos. En la provincia gallega con más plazas para mayores, la Fiscalía, a través de su sección civil de protección, mantuvo un canal de comunicación directa. “Recibimos comunicaciones a través del correo, que facilitamos tanto yo como mi compañera Elena Oviedo, junto a los teléfonos, para conocer cualquier situación que surgiera y poder hacer un seguimiento personal”, explica Eva Regueiro, fiscal jefa, quien considera que la pandemia “ha sido terrible por las consecuencias de fallecimientos en residencias”. El ministerio público abrió diligencias de investigación a varios centros y atendió los avisos que llegaban. Tras irrumpir el coronavirus, “surgían problemas como la decisión de derivar a una persona mayor desde un hospital a una residencia sin PCR, y nos llamaban. En un primer momento había un total desabastecimiento de EPIs, tampoco había medios para PCR y se veían desbordados. Por eso necesitaban un canal para comunicarse. Toda la problemática de las residencias que pudimos detectar se puso en comunicación del fiscal superior, que formaba parte de una comisión de seguimiento del COVID”, indica Eva Regueiro.
El doble de salas digitalizadas
La impresión de la fiscal jefa, pasados los meses de pandemia, es que “ahora hay una carga de trabajo mayor. Los fiscales están teniendo más señalamientos por mes”. En la Fiscalía ya tenían hábito, antes de la pandemia, con el sistema de videoconferencia, pues era habitual que los fiscales de las comarcas compareciesen de forma telemática en muchos de los juicios de los partidos judiciales del rural. Esa práctica se mantiene.
“De estas situaciones de crisis hay que sacar lecciones, hay que aprender de los posibles errores y avanzar mucho más todavía en el expediente digital, que aún va lento y en la posibilidad de acogerse al teletrabajo. Las novedades que incorporamos vinieron para quedarse y las seguiremos utilizando. En justicia lo que se ha hecho es para el largo plazo”, subraya el decano Leonardo Álvarez. Antes de la pandemia, solo 4 de las 15 salas de vistas tenían sistema de videoconferencia y grabación incorporado. Ahora son 8, el doble. “El objetivo es que todas estén digitalizadas. El sistema funciona bien, yo no he tenido que suspender ninguna por problemas técnicos. En instrucción, se utiliza para exhortos, en las declaraciones de testigos e investigados de fuera de Ourense, e incluso algún abogado si se encuentra en otro juzgado por un señalamiento casi a la misma hora”.

Un juicio con videoconferencia, en el Penal 1 de Ourense. // IÑAKI OSORIO
El decano de los procuradores: “Hay gente que económicamente está mal y cuando no hay para comer, tampoco para pleitear. Algunos despachos han cerrado y otros llegan con muchas dificultades a fin de mes. Es un momento delicado y penoso para la profesión”
Las restricciones para atajar el virus han afectado a la economía. Los despachos de procuradores y abogados han notado este efecto de la pandemia. “Hay gente que económicamente está mal y cuando no hay para comer, tampoco para pleitear. Son momentos difíciles. Algunos despachos han cerrado y otros llegan con muchas dificultades a fin de mes. Esto no es lo que era. A ver si el engranaje de la economía puede volver a funcionar y podemos sacar un poco de cabeza porque es un momento delicado y penoso para la profesión”, dice Ricardo Garrido, decano de los procuradores, un colectivo formado por 95 colegiados en Ourense.
El de la abogacía lo integran unos 750 ejercientes. “La profesión ha notado el parón, la bajada de pleitos y el retraso”, coincide la decana, Pilar López-Guerrero. “Somos una profesión de mutualistas, mayoritariamente, y hemos sido los grandes olvidados en todas las ayudas de las administraciones para paliar la crisis”, critica. Asistiendo a víctimas y detenidos han estado en la primera línea, también cuando el sistema operaba bajo mínimos en la primera ola. La implementación de los medios telemáticos para poder adecuarse al contexto sanitario “supuso un gran esfuerzo para los compañeros, de adaptación para hacer videoconferencias, y de contar con medios técnicos. El colegio habilitó ordenadores porque no todos tenían en sus despachos equipos con cámara y micro”. La justicia es ahora más telemática, “pero no debe suplir la presencialidad”, consideran los decanos de la abogacía y la procura.
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