La pandemia trajo consigo muchos comportamientos sociales que llegaron para quedarse, escondió otros entre cuatro paredes y despertó intereses que antes eran inimaginables que la sociedad tuviera. Entre esos comportamientos, el alcoholismo es una enfermedad que se agudizó, en algunos casos, durante el confinamiento domiciliario porque como explican desde la Asociación de Alcohólicos Anónimos “sí que es cierto que al decretarse el cierre de la hostelería, muchos alcohólicos bebedores en bares de la ciudad dejaron de consumir en los establecimientos para hacerlo en casa y cuando eso sucedió hubo más conflictos familiares".
"Notamos un mayor aumento de las broncas familiares"
Y señalan que "notamos un mayor aumento de las broncas familiares, porque claro la persona que bebe ahora involucra a la familia ya que está bebiendo en el domicilio familiar y eso es algo que la familia tiene presente. Lo que ha cambiado con la pandemia en ese sentido, es que el alcohólico o la personas con problemas sigue bebiendo, no es que al cerrar los bares ya no lo haga, es que busca otro escenario para hacerlo y en este caso la familia lo ve con más claridad. Esa es un poco la percepción que tenemos”.
Quieren hacer una diferencia esencial para abordar un problema común en la sociedad. “Las personas sin problemas de alcoholismo pueden ser asiduas al consumo de bebidas en establecimientos y cuando están confinados pues reducen considerablemente esa ingesta. Las personas con problemas de alcoholismo lo que necesitan es cambiar de lugar para poder beber, no por el hecho de que se cierre el bar van a dejar de beber, no, lo que hacen es buscar lugares para hacerlo”.
Presentes durante toda la pandemia
El grupo de 24 horas ha estado presente durante toda la pandemia en la calle Jesús Soria, no solo atendiendo presencialmente si no también mediante las llamadas de teléfono que reciben. Desde el seno del grupo explican que “tuvimos lo que se denomina servicios mínimos, durante toda la pandemia, porque teníamos que cumplir una serie de medidas que imponían desde la Xunta. Ha habido reuniones presenciales que no se han podido realizar, pero hemos atendido llamadas y correos electrónicos. Lo que sí, es que la gente no ha dejado de llamar durante toda la pandemia, la gente con problemas de alcoholismo, sigue teniendo problemas de alcoholismo eso no desaparece. Y en un porcentaje alto, son familias las que llaman muchas veces, porque la personas alcohólica no reconoce que está bebiendo demasiado y que realmente padece una enfermedad”.
“Nuestro servicio de urgencia trata de abordar un poco esa sensación que tiene alcohólico para que no recaiga"
La atención directa es esencial y supone una parte fundamental de los servicios que presta la asociación. A veces unas palabras de aliento y amparo ante la sedienta sensación del alcoholismo, es un recurso primordial para muchos que abordan una disyuntiva indómita sobre si caer en la tentación del deseo o si por el contrario seguir controlando la situación. “Nuestro servicio de urgencia trata de abordar un poco esa sensación que tiene el alcohólico para que no recaiga. Hay un momento en el que las personas con problemas reconocen que tienen un problema, que están enfermos, es entonces cuando ahí hacemos especial hincapié para que recapacite y vea que el problema tiene solución. El alcoholismo de alguna manera es una conciencia de la persona que no reconoce la situación, por lo que es necesaria una ayuda para tratar de cambiar de hábitos y transmitirle toda la información y el apoyo posible para que el mensaje llegue y se quede”.
Las llamadas pueden surgir a cualquier hora y para eso tienen un servicio 24 horas. Durante la pandemia, las peticiones de información llegaron por varias vías, tanto por correo como telefónicas. La asociación no registra el volumen de llamadas y no se pueden sacar estadísticas, pero la sensación que les quedan a los representantes de la entidad es que “el alcoholismo sigue ahí, con o sin pandemia, con o sin dinero, porque el que tiene problemas con el alcohol, se buscará la vida para encontrar cómo consumir alcohol”.
"Durante la pandemia, llamaron familias pidiendo información y consejo"
Otra de las conclusiones que se extrae es que en el núcleo familiar se vieron comportamientos que incentivaron a los familiares más cercanos a pedir ayuda a la asociación para que cesara el comportamiento y encontrar un fin a las desavenencias en el hogar. “Llamaron familias pidiendo información y consejo de cómo podían hacer para abordar esta problemática. Atenderlos y transmitirles que tienen un apoyo es importante, porque hay familias que se sienten desamparadas y no saben cómo gestionarlo”.
