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Un proyectil en la chatarrería: “Creí que era para jugar a la petanca y en casa vi que era un obús"

Un hombre de 80 años de Montederramo entrega a la Guardia Civil un proyectil de mortero que adquirió en un almacén de Ourense: “Para telo de recordo... Non ho!”

La historia del obús comprado en un almacén de Ourense

La historia del obús comprado en un almacén de Ourense Javier Fraiz / Fernando Casanova

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La historia del obús comprado en un almacén de Ourense Javier Fraiz

Juan Prieto, un vecino de Montederramo de 80 años, no reparó hasta pasado un mes en que el cilindro metálico y con un extremo puntiagudo que recogió en febrero, junto a otros objetos en una chatarrería del barrio de O Pino, en la ciudad de Ourense, era un proyectil de mortero que podría datar de la Guerra Civil, dados los precedentes de hallazgos similares que esporádicamente se producen en distintos puntos de la geografía española. Lo más habitual es que estos artilugios soporten el tiempo, guardando el testimonio de la historia, olvidados en buhardillas o en bajos de viviendas, en muchas ocasiones en segundas residencias.

Cuando el octogenario viene a la ciudad de As Burgas suele acudir a la chatarrería en busca de algún objeto al que pueda dar un nuevo uso. El instituto armado dice que con la intención de “hacer manualidades”. Juan puntualiza: “Voy allí a comprar cosas, siempre hay algo que me interesa”. Fue este pasado miércoles, 10 de marzo, cuando el hombre se presentó en el cuartel de la Guardia Civil de Castro Caldelas para hacer entrega del supuesto proyectil de mortero. La Benemérita activó el protocolo que procede ante este tipo de hallazgos y hasta el cuartel de Castro Caldelas se trasladó el equipo de Tedax de la Comandancia de Pontevedra, guardias especializados en la desactivación de explosivos. Tras analizar el objeto, los agentes lo destruyeron.

Un guardia especialista en desactivación de explosivos, con el proyectil. // GUARDIA CIVIL

Juan Prieto cuenta a FARO cómo fue el hallazgo casual, al que entonces no dio importancia. “En el momento en el que lo encontré no me di cuenta. Estaba en la entrada de la chatarrería, en el suelo, al lado de unas bolas de hierro. Pensé que podía ser para empujarlas, para jugar a la petanca", introduce.

“Si hubiera ido en otro momento, igual ya habría más cosas encima y no lo habría visto. Alguien lo tiró allí y vete tú a saber si se dio cuenta, porque yo en aquel momento tampoco", explica Juan. En el almacén de compraventa de chatarra no eran conscientes ayer de que por la nave hubiera pasado un obús. “Nadie nos dijo nada”, indicaron las fuentes consultadas en el lugar.

Juan Prieto señala en el lugar en el que tuvo el proyectil hasta que advirtió qué era. // FERNANDO CASANOVA

“En casa lo tuve en un armario del bajo, con más cosas, durante un mes. No le hice mucho caso, pero un día me fijé en que la parte de abajo, que estaba oxidada, tenía un metal amarillo. Ahí me di cuenta de que podía ser un obús. Ayer fui a Castro Caldelas al cuartel de la Guardia Civil, me recibió el sargento y ya les di todos los datos, lo mismo que le estoy contando a usted”, dice Juan.

Una vez que advirtió que el cilindro terminado en punta podía ser un antiguo vestigio de la guerra, el octogenario decidió comunicar el hallazgo a las autoridades, para evitar cualquier riesgo. “Para tenerlo de recuerdo, no".

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