A pesar de la oposición de representantes policiales como el sindicato SUP, de partidos como el PP y del escrito dirigido por las federaciones vecinales de Ourense y Lugo al ministro del Interior, entre otros cargos centrales y autonómicos del Gobierno, la supresión de las salas del 091 en las dos provincias del interior es un hecho. Una llamada de emergencia al número de la Policía Nacional desde Salto do Can, Rabo de Galo, la Rampa de Sas o Portocarreiro se atiende a 170 kilómetros, en la Jefatura Superior de Policía, en A Coruña. Este pasado lunes, solo había un funcionario en esa demarcación para atender todas las llamadas de esta provincia, según indican fuentes del cuerpo, preocupadas por posibles incidencias para el ciudadano por la demora en la respuesta policial. Más de 2.000 llamadas al año atendía la sala del 091 de Ourense, 5.000 contando la de Lugo.

La tardanza era de solo 3’

“Eran gestionadas de una forma excelente por los operadores, siendo atendidas en apenas siete segundos de media, consiguiendo un tiempo de respuesta que se situaba en torno a los tres minutos, desde que se recibía la llamada hasta que la patrulla se personaba en el lugar para atender el requerimiento. En este servicio, la templanza, preparación y decisión de los agentes resultaba fundamental para iniciar la resolución de situaciones urgentes y en muchas ocasiones vitales. Una labor que gana calidad desde la cercanía. Un servicio con 60 años de vida cierra sus líneas en las comisarías de Ourense y de Lugo”, lamenta el SUP, que además critica que no se ha incrementado el personal en la centralita coruñesa para asumir más carga de trabajo. La decisión del Gobierno será “nefasta para la atención policial más inmediata”, critica el exalcalde y senador Jesús Vázquez. “Es un castigo para Ourense y Lugo”.