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El oftalmólogo que fue uno de los primeros ingresados con COVID: “La incertidumbre era la norma, nadie sabía nada”

Ramón Lorente pasó quince días en planta y el uso de corticoides le evitó entrar en la UCI

Ramón Lorente. // I. OSORIO

Ramón Lorente, jefe del servicio de Oftalmología del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), fue uno de los primeros pacientes del área sanitaria provincial que tuvo que ingresar en el hospital, por los efectos del COVID, cuando entonces aún no se conocía apenas nada de una enfermedad que se convirtió en pandemia y lleva un año poniendo al planeta en jaque. Mañana es el aniversario de la hospitalización del doctor, que no arrastra secuelas. “Me ingresaron el 10 de marzo de 2020 y estuve 15 días en planta. Yo daba negativo, no tuve el diagnóstico exacto hasta los dos días, con una broncoscopia. Me dijeron que había posibilidades de que tuviera que entrar en la UCI, pero me trataron la neumonía bilateral con corticoides y me vino bien, mejoré mucho”, recuerda el oftalmólogo, que compatibiliza la jefatura de servicio con su clínica privada.

Después del alta hospitalaria, pasó otros quince días en el domicilio y, finalizado ese periodo adicional de cuarentena, regresó a su trabajo. Por su cuenta decidió hacer rehabilitación fisiopulmonar. A diferencia de algunos pacientes, que arrastran los efectos del virus incluso varios meses después de haberlo sufrido, Lorente no notó malestar. Por precaución, y ante las informaciones médicas que surgían sobre posibles trombosis como secuelas en algunos casos, decidió tomar anticoagulante, para evitar la formación de trombos.

Echando la vista atrás, el oftalmólogo repite una palabra recurrente de las sensaciones de aquel momento, cuando ni siquiera se había decretado el estado de alarma y el confinamiento domiciliario en el momento de su ingreso. “La palabra exacta es incertidumbre, era la norma, nadie sabía nada”.

Lorente dice que ha llevado peor “el encierro” de los últimos meses, por el confinamiento perimetral de las segunda y tercera olas. Durante su ingreso “no me encontraba mal, no tenía fiebre y no tuve una mala sensación”, asegura. Esa incertidumbre que ha marcado la gestión social y sanitaria de la pandemia volvió a manifestarse a la hora de su turno de vacunación. Él ha recibido dos dosis de la farmacéutica Pfizer, pese a las dudas sobre si a los ya contagiados les basta con una.

Los primeros hospitalizados por COVID en Ourense fueron sanitarios, en una fase de la pandemia en la que las medidas de protección eran incipientes. Además de Lorente, hace un año tuvo que ingresar el neumólogo Armando González, quien también superó el virus. El trabajo de oftalmólogo entraña una exposición directa, un riesgo de infectarse del coronavirus Sars-Cov-2. “Vemos a muchos enfermos y lo hacemos a veinte centímetros, pero ni en el hospital ni en la consulta privada se registraron contagios de oculistas o enfermeras”, asegura el jefe de servicio del CHUO.

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