La Audiencia Provincial resolverá si las dos principales causas en trámite sobre la comisaría de la Policía Nacional de Ourense –la muerte del agente Celso B. A., el 9 de abril de 2016, con una de las seis armas desaparecidas del búnker, en agosto de 2014– se unifican en una sola, bajo la batuta de la jueza de Instrucción 3, Eva Armesto. Ayer se celebró una vista en la que las partes personadas expusieron sus argumentos. La Fiscalía y la defensa de los policías gemelos Roy y Bernardo D. L., investigados por ambos hechos, se oponen a la acumulación. El abogado de la familia del fallecido y la letrada del exjefe antidroga recién absuelto en la Zamburiña –Antonio R. F. es acusación popular en las diligencias sobre el fallecimiento, y particular en las de las armas– sí quieren la unificación. Hace un año, la Audiencia consideró que debían tramitarse por separado.

“Nos parece una buena finalidad evitar las macrocausas, pero hay conexidad y sigue vigente. Se está investigando un homicidio o un asesinato que se comete para tapar o encubrir delitos previamente cometidos”, expuso la letrada de Antonio, Beatriz Seijo. El exjefe antidroga acusa a los gemelos de elaborar junto al fallecidos los anónimos –a Asuntos Internos, en 2014, y la prensa, en 2015– que vinculaban a su cliente con una supuesta trama corrupta. Dice que los hermanos crearon pruebas falsas accediendo de forma ilegal a las bases de datos con su clave. Esos hechos se dirimirán en una querella que la Audiencia debe decidir qué juez instruye. “Se generó la apariencia de que se trataba de un suicidio. Era la mejor manera de finalizar un plan criminal”, manifestó la abogada ayer.

Los policías gemelos, Roy y Bernardo D. L. // BRAIS LORENZO

La causa sobre el robo de armas tiene el plazo de instrucción finalizado desde noviembre de 2019. Un primer informe de la UCO de la Guardia Civil sobre las geolocalizaciones no ubica a los gemelos en comisaría en varias fechas clave relacionadas con la elaboración del anónimo de 2014, conectado al robo de las armas. Falta un informe ampliatorio del instituto armado, sobre los datos de la ‘nube’ de los móviles de los hermanos.

Seijo considera que sin la actuación llevada a cabo en Instrucción 3 por la jueza y la UDEV de comisaría, no se habría avanzado en ninguna de las dos causas. En Instrucción 1, cuyo magistrado es Leonardo Álvarez, el instructor de la Zamburiña, “no se ha hecho nada, se nutre de lo que ha practicado el 3”, dijo. Entiende que existe el riesgo de que se dicten “resoluciones contradictorias” si los dos procedimientos no son uno finalmente. Con la acumulación “se enjuiciaría adecuadamente una conducta grave e imprescindible”, sostiene.

La fiscal critica a la jueza

En los procesos de la comisaría subyace la división y disparidad de criterios entre la Policía Judicial local y Asuntos Internos. Los primeros creen que el agente fue asesinado por los gemelos, mientras que los segundos atribuyen los anónimos y el robo de armas a Celso B. A. –su ADN estaba en la llave del búnker–, deduciendo que se suicidó.

La fiscal: “Si en vez de hipótesis hubiera pruebas, se nos hubiera dado traslado para la acusación. A juicio se va con pruebas, no con hipótesis”

“Por culpa de la UDEV casi se produce la prescripción del robo de armas. No se puede hablar de una dejación de Instrucción 1”, rebatió en su turno la fiscal, Pilar Manso, crítica con la jueza Armesto. Pese a que, en varios autos, la Audiencia definió las competencias investigadoras de cada juzgado, la instructora “pasaba ampliamente de las resoluciones y seguía ordenando diligencias”. La hipótesis de que los gemelos mataron presuntamente a su compañero para que no se descubriera su implicación en los anónimos y el robo de las pistolas no se ha demostrado, subraya la fiscal, a pesar de que “se están repitiendo pruebas por activa y por pasiva. En el último año se han unido 4 tomos más y 9 o 10 informes que, de nuevo, no sostienen esa hipótesis. No hay elementos que la avalen”.

La fiscal Pilar Manso. // BRAIS LORENZO

Pilar Manso recordó que no se ha descartado que la muerte del agente fuera un suicidio, y que tanto la caída de la vaina de la bala como que la corredera del arma estuviera hacia atrás encajarían, algo que también manifestó la defensa en su turno. La fiscal aludió a que el fallecido comentó, días antes del suceso, que si los gemelos eran detenidos caerían personas “inocentes”. “Si en vez de hipótesis hubiera pruebas, se nos hubiera dado traslado para la acusación. A juicio se va con pruebas, no con hipótesis”, expuso.

En la causa del presunto homicidio pidió hace meses el sobreseimiento, que tanto la jueza como la Audiencia denegaron. “La Fiscalía vela por el principio de legalidad, observando los elementos positivos y negativos, velando por los derechos de todas las partes. Si existen indicios, acusa y si no, no”. Cinco años después del fallecimiento y del inicio de la causa, “la hipótesis permanece y la muerte criminal no está acreditada. Numerosos informes hablan de un suicidio”. La Fiscalía no ve razones para conectar ambos casos y cree que un enjuiciamiento conjunto sería negativo. Además, descarta que dos resoluciones causen contradicciones.

"Celso apareció muerto en una habitación cerrada por fuera, al lado de tres armas robadas. La madre solo quiere saber si su hijo se suicidó, que lo descarta, o quién mató a su hijo. Mayor conexidad que un arma robada al lado del cadáver no puede haber"

“No es el momento de hablar de pruebas o hipótesis. Un hecho es incontestable: Celso apareció muerto en una habitación cerrada por fuera, al lado de tres armas de las robadas. La madre solo quiere saber si su hijo se suicidó, que lo descarta, o si a su hijo lo mataron, y quién. Lo seguro es que el arma estaba al lado del cadáver. Mayor conexidad no puede haber. Acumulen para saber qué ha pasado”, expuso Arturo Mosquera, que representa a la familia del fallecido. “Es muy fácil echar la culpa al muerto, porque no se puede defender”. El letrado pone en valor el trabajo de la magistrada del 3: “Es la única que intenta saber qué ha pasado”.

Los argumentos de la defensa

Neil González, el abogado de los gemelos, se opone a la acumulación. “El 95%” de las sospechas de la juez “están contradichas por informes”, subrayó en su turno. No hay ADN de los investigados o de sus parientes, los móviles no los sitúan en comisaría –a Roy se le ve salir–, y lo “más factible”, porque había material genético en la llave del búnker, es que el autor fuera Celso. “Dos días antes comenta a compañeros que están culpando a inocentes”, recordó. Cree que “el cóctel emocional” de verse descubierto, siendo “querido en comisaría”, pudo llevarlo al suicidio. “La UDEV coge los indicios que le interesa”, afeó Neil. Unificar las causas generaría, según el letrado, “una excesiva complejidad; solo conseguiríamos un macrojuicio con más de 60 tomos y 20.000 folios”.