Agentes de la Policía Autonómica, afincados en Ourense, esperan para recibir la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca para menores de 55 años. “Nos toca por poco (risas). Pero con mucha esperanza e ilusión de que esto se acabe o de que sea el principio del fin y que volvamos a nuestra antigua forma de vida aunque para eso todavía queda”, dice José Luis. Como él, decenas de agentes se acercaron al Complejo Hospitalario Universitario de Ourense para notar ese pinchazo en el brazo que completa la primera dosis de la vacuna.
"Las personas incumplen más las normas que los negocios"
“Vemos demasiado incumplimiento en la sociedad, se enfatiza mucho en la hostelería, pero lo cierto es que las personas, individualmente, incumplen más las normas que los negocios”, palabra de agente. Y después de un año de pandemia, admite que “a estas alturas de la situación en la que vivimos, todavía vemos a gente andar por la calle sin mascarilla. Algunos no están concienciados y sobre todos los jóvenes, no todos claro, pero una parte no ven en el COVID un peligro real y se relajan”.
En la cárcel y en Sanidad
Eduardo y Manuel son funcionario de prisiones y inspector de Sanidad en el matadero de Ourense ambos también recibieron la primera dosis de la vacuna. Del 2020 a la actualidad, la cárcel de O Pereiro ha cambiado mucho como la sociedad y los comportamientos, como la prevención y la protección. Eduardo acaba de cumplir los 55 hace 15 días y admite que “entre el personal de la cárcel hubo bastantes bajas de un día por fiebre y malestar general y sin embargo otras personas que se vacunaron no tuvieron nada, un simple dolor de cabeza”. Eduardo ya venía prevenido y “nos dijeron que tomáramos un paracetamol para prevenir posibles efectos secundarios”. A Manuel también se lo recomendaron y señala que “cuando te mandan el mensaje de la convocatoria de la vacuna ya te avisan”.
Bajas temporales entre el personal de la cárcel de Pereiro tras la administración de la vacuna
El inspector de Sanidad en el matadero arguye que “este año entero ha sido un año intenso, desde que nos declararon personal esencial hemos estado al pie del cañón. Pero ha sido un año atípico, porque al estar cerrada la hostelería y también la frontera con Portugal ha bajado bastante”.
En el círculo de los inspectores de Sanidad ha habido varios contagios, pero todos se han recuperado, unos más pronto y otros de forma más paulatina, pero siempre con un final feliz. Eduardo es el responsable de deporte de la cárcel y admite que “desde el día 1 de abril del año pasado empezamos con el deporte, pero claro con unas normas. Antes salían todos los módulos juntos y ahora salen módulo por módulo, salen siempre con mascarilla y en el polideportivo se las pueden quitar para entrenar. Y nosotros con todas las medidas, para evitar exposición”.
Los tres ven cierto hartazgo en la sociedad después de un año de pandemia y quieren que se termine la pandemia. Para ello, accedieron a ponerse la primera dosis ayer y ahora deberán a esperar tres meses para ponerse la segunda y esperar una inmunización más que deseada para que “se acabe pronto todo esto”.
