La vuelta a las aulas en el campus seguirá el mismo modelo implantado en septiembre

El campus de Ourense está preparado para abrir mañana las aulas y recibir nuevamente al alumnado universitario que durante las últimas tres semanas ha recibido su formación de manera exclusivamente virtual.

La docencia telemática en la universidad fue una de las medidas incluidas en el paquete de fuertes restricciones que la Xunta aplicó el 27 de enero para frenar el ascenso acelerado de los contagios y el regreso al formato presencial forma parte de la desescalada que comenzó este viernes en toda Galicia. Para garantizar que este regreso sea lo más seguro posible, el Sergas convocó a 4.700 estudiantes a un cribado este fin de semana por test de antígenos, por lo que los resultados se conocen a los 15 minutos de la recogida de la muestra. La participación en la jornada de ayer fue baja. De los 1. 440 alumnos citados, acudió el 51,5%, y entre las 743 muestras recogidas no se registró ningún positivo. El cribado continúa hoy, en jornada de mañana y tarde, en el pabellón del campus.

Después de tres semanas de docencia a través del campus remoto, los centros reabrirán el lunes con la misma planificación que presentaron al inicio del curso y que obtuvo el respaldo del Rectorado. El campus de Ourense apostó desde el principio por la máxima presencialidad y los diferentes equipos directivos defienden que la organización ha demostrado ser segura ya que las aulas no han sido focos de transmisión.

La Facultad de Educación y Trabajo Social es la de mayor volumen del campus, con 1.600 alumnos. Su decano, Xosé Manuel Cid, incide en que “las medidas adoptadas al principio de curso funcionaron de manera óptima, por lo tanto, las aulas no fueron lugar de contagio y pretendemos seguir en la misma línea”. Este centro, recuerda, cerró de manera preventiva un aula del grado en Trabajo Social en noviembre en la que se detectaron tres positivos que no estaban vinculados. “Lo que ocurrió es que lo comunicaron al mismo tiempo y pensamos que podía expandirse al resto del aula, pero no fue así”.

Para garantizar la mayor presencialidad y evitar que los 1.600 alumnos circulen a la vez por el edificio de Ferro, el centro ha establecido que los grupos grandes, que pueden concentrar hasta 100 alumnos en un aula, se impartan siempre de modo virtual y las materias con grupos pequeños o medianos, e incluso las optativas, siempre en formato presencial para realizar actividades didácticas adecuadas. “El Rectorado aceptó esta propuesta y estamos muy satisfechos”, apunta Cid.

Esfuerzo del personal

El decano pone en valor el esfuerzo que ha supuesto para el personal este proceso de enseñanza virtual y si bien admite las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías en materia de formación, sostiene que nunca podrán sustituir al profesor. “En el mundo de las ciencias de la educación pensamos que las relaciones humanas no pueden estar mediatizadas por máquinas, por eso lo presencial, con todas las limitaciones que se están aplicando, bienvenido sea”.

La decana de la Facultad de Historia, Susana Reboreda, destaca la ausencia de incidencias durante este período de docencia exclusivamente virtual. Defiende el regreso aunque, debido al formato de docencia mixta con turnos rotatorios de presencialidad y remoto que aplica el centro, implica aulas semivacías y distancia. “Pero es mucho más gratificante porque ves a los alumnos; en el aula remota no es así porque muchos desconectan la cámara para no cargar la red y aunque escriben en el chat no los ves”, apunta. La resolución de dudas siempre es más práctica en el modelo presencial.

Aplazadas las prácticas de laboratorio

La Facultad de Ciencias dejó en suspenso durante este período las prácticas de laboratorio que se retomarán ahora con el regreso a la presencialidad. El decano, Gil Garrote, señala que no es operativo manejar tubos de ensayo o jeringuillas a través de vídeos por lo que han adaptado esta parte de la programación a la situación sanitaria. La planificación y protocolos se mantienen, dice, porque han funcionado: “La cifra de contagios ha sido muy baja y no consta que haya habido transmisión en las aulas”.

El alumnado también es partidario de la presencialidad y del contacto con el profesorado y los compañeros. Alba Rodríguez Iglesias, de primer curso de Geografía e Historia acudió “muy nerviosa” al cribado pero “con ganas de volver” a las aulas, aunque admite que la docencia en remoto ha sido “muy cómoda”. Aitor Conde Gómez, estudiante también de Historia, mucho más tranquilo ante la prueba diagnóstica opina igual, y ya se ve con ganas de recuperar la nueva rutina. José Ángel Pérez, estudiante de Ingeniería Informática, aprueba el modelo virtual pero elige el presencial y destaca el esfuerzo de los profesores “para que las clases fueran fluidas”. Leticia Rodríguez destaca el cambio para mejor del formato virtual que ofrece ahora la universidad respecto al inicio de la pandemia y confía en que pronto llegue la “estabilidad”.

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