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La enfermería tras diez días de cuarentena, el probable destino en prisión del homicida de Velle

Tras ser examinado ya por el médico, será entrevistado por el psicólogo y la trabajadora social | El herido, en reanimación

El presunto agresor. // F. CASANOVA

Como en la vida en el exterior, la pandemia impuso en los centros penitenciarios unas medidas sanitarias que alteraron los protocolos que antes de la llegada del Sars-Cov-2 eran los habituales. Durante buena parte del tiempo desde la irrupción del COVID, se suspendieron las visitas y en algunos momentos también los permisos de salida. Para quienes ingresan en la prisión para cumplir una condena o por una medida cautelar de privación de libertad, la norma es pasar diez días de cuarentena, sin relación con otros presos y con el contacto mínimo con los funcionarios. Antes contaban con el apoyo de un “interno sombra”, un recluso que servía de apoyo en los primeros días, duros, de experiencia en el penal. La norma de la cuarentena en el módulo de ingresos también rige para Diego R. T., el presunto homicida de la joven de 22 años Ana B. R. en Velle, cuya entrada en prisión provisional acordó el sábado el juez de Instrucción 2, Luis Doval.

Dados los antecedentes psiquiátricos del recluso, que ya había estado con anterioridad en prisión por un delito de allanamiento, “es altamente probable” que termine en el módulo de enfermería del centro, según fuentes penitenciarias. En ese lugar no hay celdas, sino habitaciones, y la atención sanitaria es más continuada. Su ingreso en prisión, con el que dijo estar conforme durante la comparencia ante el juez, permitirá vigilar que tome la medicación pautada, lo que llevaba tiempo sin hacer, al parecer.

Perímetro interior de la prisión de Pereiro. // IÑAKI OSORIO

Su versión, que contradice su madre

Negó los hechos ante el juez y afirma que no salió de casa, pero los policías se incautaron de ropa ensangrentada que se quitó tras volver a su domicilio, donde había dejado encerrada a su madre, según la versión de ella. Diego fue examinado por el médico del centro penitenciario de Pereiro el propio sábado. Es posible que hoy sea entrevistado por el psicólogo y la trabajadora social. Los profesionales definirán si es preciso aplicarle el protocolo de prevención de suicidios. En la celda en la que está solo tras su ingreso, cumpliendo la cuarentena, tiene los objetos imprescindibles, para reducir el peligro de un intento autolítico.

Mientras, el joven malherido en el ataque, Álvaro B. F., de 25 años –primo del encarcelado y vecino– continuaba ayer en reanimación en el hospital de Ourense. Fue él quien señaló a Diego como el atacante (usó un cuchillo de grandes dimensiones) cuando llegó la Policía y halló la terrible escena.

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