La Plataforma Tren Digno se reunió ayer con representantes del PSdeG-PSOE en Ourense, para que medien ante el Ministerio de Transportes del actual Gobierno central que preside Pedro Sánchez y que se hagan “todas las gestiones necesarias para paralizar la actual obra de la estación intermodal del AVE de Ourense y opten por una de calidad y efectiva” explica José María Pérez Barreiros, portavoz de la plataforma.

Una de sus peticiones que apoyan tanto el PSOE como Colegio de Arquitectos, es que se traslade la intermodal hacia la zona norte donde hay una superficie de 140.000 metros cuadrados vacíos, que garantizaría un proyecto digno y la intermodalidad que se le exige a la nueva estación del AVE.

El PSdeG-PSOE de Ourense señala que la reunión con la Plataforma Tren Digno tuvo como objetive reunir aportaciones para reclamar mejoras en el proyecto de la nueva estación intermodal al Gobierno y a la Xunta de Galicia. La reunión se enmarca en la ronda de contactos sobre la llegada del AVE iniciada la semana pasada con un primero encuentro en el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG).

Señalan que “tras conocer las propuestas del colectivo Tren Digno, los socialistas mostraron su predisposición a apoyarlas, al tiempo que se posicionaron a favor de un pacto de ciudad para conseguir la estación intermodal que Ourense precisa”, y que, lamentan, “el alcalde no está defendiendo”.

En este sentido, los socialistas censuran “el desconocimiento de Jácome en materia ferroviaria” y consideran “intolerable” que el alcalde esté “ausente” en la defensa del proyecto más relevante del siglo para la ciudad de Ourense, al tiempo que defienden que “aún estamos a tiempo de alcanzar una mejor estación intermodal”.

Entre las demandas de la Plataforma Tren Digno figuran la “paralización” del proyecto de ampliación de la actual estación intermodal y que se sustituya por un diseño “digno y de calidad”. Además, inciden en que la “simple ampliación” de la actual estación no resuelve los problemas existentes, sino que los “agrava” y “dinamita el futuro de la ciudad” al crear un “muro de la vergüenza” de nueve metros de alto a lo largo de la toda la avenida de Marín.