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“ No recuerdo tiempos peores para la venta ambulante”

Aspecto del mercadillo ambulante de ayer | // IÑAKI OSORIO

“Estoy liquidando, dos por cinco euros. Es la oferta de hoy. Si vienes a la próxima feria y están a cinco euros cada uno, no me protestes”, arenga Carmen a una clienta que se acerca a su puesto ambulante de ropa interior, interesada por dos ostentosos sujetadores de vivos colores.

Es que esto va fatal, no recuerdo una época peor de venta como no fuera en la guerra. La plaza está vacía. Mientras haya cierre perimetral no nos compensa”, explicaba ayer Carmen, desplazada desde Verín para instalar su puesto en el mercadillo de As Burgas, a orillas del Barbaña, una de las pocas ferias que pervive cada 7, 17 y 26 de cada mes en Galicia, donde el 95 por ciento de estas citas han sido suspendidas.

Ayer había caras largas y algunas protestas, Enrique, ambulante procedente de Vigo, lo que le obliga “a levantarnos muy temprano y llenar el depósito para llegar a Ourense” , explica, “porque esto va muy mal. La gente está en paro y el COVID está afectando mucho a las familias, así que trabajamos poco y mal. Deberían ser coherentes y no cobrarnos la tasa”, se queja.

50% de puestos

Una protesta que repetían varios ambulantes ayer, lo que ha molestado especialmente al presidente de la Asociación de Comerciantes de la Plaza de Abastos, Emilio González. “Es que este mercadillo no lo organiza el Concello, somos los comerciantes y gracias a nuestro esfuerzo y aunque sea a un 50% de aforo, pueden trabajar, pero tienen que aportar algo porque si se celebra, es porque contratamos cada feria una empresa de seguridad que vigile el cumplimiento de todas las medidas sanitarias impuestas”.

Alberto González, gerente de la plaza, también refrenda esas palabras y se dirige a uno de los comerciantes que protestan. “Tenéis que entender que si no pagáis un mínimo no podría haber ese personal de control de aforos que permite celebrar la feria”. Afirma que cada ambulante paga 20,50 euros al mes por las tres citas feriales, “si no vienen no se le cobra el mes siguiente. Es la mitad de lo que pagaban antes de la pandemia y no se le cobra si superan algún metro de los 5 permitidos por puesto”, advierte.

"Aquí no hubo un contagio"

A media mañana, sin embargo, y pese al buen tiempo reinante, el mercadillo era un territorio casi desierto, con los puestos ya casi desmantelados en torno a las 13 horas. No es un hecho aislado, sino que es general en toda Galicia. “Mientras se mantengan los cierres perimetrales no nos compensa. Si vamos por ejemplo hasta A Mezquita o Sarreaus, ya contamos con que la gente que va es la de esa zona, pero en Ourense muchos venían de otros municipios y ahora no pueden”, advierte Carmen, la veterana ambulante de Verín. “Hágame la foto que se vea que cumplimos con geles y todo” añade.

Samuel Jiménez asiente: “Aquí desde abril no hubo un solo contagio. Es un sitio abierto y no hay problema, pero la gente no viene y la verdad llenar el depósito y pagar tasas para vender 20 o 30 euros, pues por ahora no nos compensa”.

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