En medio del debate sobre la vacuna del COVID-19, el área sanitaria de Ourense hay divulgado un vídeo en el que la jefa de Medicina Preventiva, María Sande, responde a las dudas más frecuentes entre la población y defiende la importancia de la vacuna tanto para la protección individual como colectiva.

La primera afirmación que realiza la facultativa es que la vacuna es segura y explica que las que actualmente se están administrando en todo el mundo fueron aprobadas por las agencias reguladoras de medicamentos “con criterios científicos objetivos muy rigurosos, los exigibles para cualquier vacuna o medicamento”, apunta. Además, incide, ya existen datos sobre la seguridad en vida real, puesto que ya son millones de personas a nivel mundial las que están inmunizadas: “Los efectos secundarios, son los esperables y similares a cualquier otra vacuna. No hay ninguna señal de alarma sobre su seguridad”, afirma.

Respecto a la diferencia con otras vacunas, Sande explica que las aprobadas hasta el momento contra el COVID-19 “están basadas en ingeniería genética” y usan tecnologías novedosas pero con un amplio recorrido en el ámbito de la medicina. “Lo que es novedoso es el enfoque diferencial de como presentamos el antígeno a nuestro sistema inmune”, señala la jefa del servicio de Preventiva. “Hasta el momento, las vacunas utilizadas se basaban en presentar a nuestro organismo un virus, una bacteria o fragmento modificados. Estos antígenos vacunables son los que dan la señal de alarma al sistema inmunitario y lo ponen en marcha para generar anticuerpos e inmunidad celular, es decir, protección frente a la enfermedad”. En cambio, lo novedoso en la vacuna contra el COVID, destaca, “es que lo que suministramos a la célula no es el virus o fragmento, sino un manual de instrucciones para que la propia célula elabore esa proteína inmunizante que dará la señal de alarma para activar nuestro sistema inmune y protegernos frente a un contacto con el virus”.

Las vacunas aprobadas hasta ahora, destaca María Sande, “han mostrado unos niveles de eficacia en ensayos clínicos en decenas de miles de personas que supera el 70% y llega incluso al 95%”.

Ante las dudas sobre un posible contagio después de la vacuna, la facultativa recuerda que se trata de una enfermedad con un período de incubación de hasta 14 días y que la protección exige las dos dosis. “Es factible que una persona tenga un contacto con el virus antes de la primera dosis o en el intervalo entre las dos. Con una sola dosis se tiene cierto grado de protección, pero para alcanzar la protección que indican los ensayos clínicos es necesario que tengamos las dos dosis”, concluye.