Seis años esperando por la fibra y ya van dos confinamientos tirando de datos. Por las diferentes calles del núcleo de Seixalbo cuelgan los cables de la fibra óptica para la optimización de una conexión a internet que se resiste a dar un servicio básico a un núcleo que se encuentra a escasos 5 kilómetros del centro de la ciudad.

El Concello paralizó la instalación en 2016 exigiendo una licencia y un plan de despliegue para esa actuación por ser catalogado el casco urbano de Seixalbo como zona PERI. Los vecinos consiguieron que en el plan del PERI hubiera una cláusula para que la instalación por las fachadas fuera efectiva, mientras no se pudiera hacer de forma subterránea.

Xosé Carballido, representante vecinal, explica que “esto es insoportable e insufrible. Parece la prehistoria. Telefónica pidió la licencia de inicio de instalación en mayo de 2020 y caducó en noviembre, ahora tiene una prórroga para proceder a la instalación de la fibra” . Los rumores que llegan a algún vecino es que “en febrero inician el despliegue de la fibra”, pero el escepticismo va más rápido que la conexión a internet.

Apagar el micrófono o la cámara en videoconferencias

Xosé Carballido trabaja con 0,9 megas y María Abreu se salva por tener ADSL radio ya que vive a las afueras y tiene hasta 9 megas de subida. Las dos caras de la misma realidad. Para la vecina, la situación “suena a otro siglo, pero es que lo peor de todo es que vemos colgar el cable de la fibra desde la ventana. Es vergonzoso. Ahora en este confinamiento teletrabajamos y tengo que venirme a la oficina (de Ourense a Vigo) para poder tener videoconferencias ya que en casa se me desconecta muchas veces, o tengo que apagar la cámara o el micrófono para seguir con la reunión”.

Señala la impotencia y la resignación como estados de ánimo ante un escenario decimonónico en plena era digital. Xosé Carballido advierte que “ahora la pelota está en el tejado de Telefónica. Es que a quien se le cuente no lo cree, tenemos la fibra aquí al lado y no la podemos utilizar”.

Un vecino tiene cuatro líneas de móvil; otra familia se organiza por turnos para poder trabajar y que sus hijos puedan estudiar telemáticamente; otro se compró una smart tv nueva porque la actualización no cargaba con su conexión; y los “más privilegiados” tienen hasta 10 megas de subida. Todo ello con un servicio contratado en empresas telefónicas por el que pagan mejores condiciones. La pelea histórica del S.XXI en Seixalbo se magnifica con la pandemia y con la instalación de un teletrabajo que llegó para quedarse. También lo hizo la fibra, pero en el núcleo de Seixalbo permanece ‘colgada’ desde hace seis años. La pregunta que se hacen: “¿Y para cuando la fibra?”.

Xose Carballido en su casa teletrabajando con los megas de subida que tiene. // FdV

Elisabeth Freire: "Mi hija suspendió porque no llegó a tiempo un trabajo que envió"

Elisabeth Freire expone otro escenario y dice que “yo tengo tres hijos que necesitan de una conexión para estudiar y es imposible que estén los tres a la vez, no carga”. Sus dos hijas mayores van a institutos diferentes. Uno de ellos, les dejó un router portátil y desvela que “una de mis hijas necesitaba un trabajo para aprobar y suspendió porque no llegó a tiempo por la conexión”.

Olaia Romasanta: "A veces no cumplo los plazos de entrega por la lentitud de la conexión a internet"

Olaia Romasanta advierte que “la atención por teléfono no es lo mismo que por videoconferencias, nos afecta mucho la conexión para dar un servicio más eficaz y directo”. Esta vecina de Seixalbo, es persona de riesgo, y teletrabaja, pero explica que “a veces no cumplo los plazos por la lentitud de la conexión a internet. Y es que lo más sangrante es que veo desde la ventana el cable de la fibra inutilizado”.

Francisco Pavón: "Con nuestro ADSL radio, nos podemos conectar los tres a la vez"

Francisco Pavón tiene contratado ADSL radio y tiene 10 megas de conexión. Explica que “nosotros, somos tres en casa y podemos estar trabajando los tres a la vez. Pero no podemos ver Netflix y mi hijo conectar la play station para jugar con los amigos”. Culpabiliza al Concello por no dejar en 2016 que Telefónica instalara la fibra por las fachadas de las casas: “No pasó en el casco de Ourense pero si en el de Seixalbo”

Víctor Barro: “Tengo que dejar por las noches subiendo los documentos” 

Víctor Barro vive en el casco urbano de Seixalbo y tiene un conexión que no llega a 1 mega. “Es frustrante esa es la palabra, tengo que dejar el ordenador por las noches para subir los documentos”, dice el afectado. Para videoconferencias se conecta desde el móvil o baja a la oficina cuando es el ponente o tiene que participar. Cuando no, desconecta la cámara o el micrófono para poder seguir la videoconferencia.

Victor Barro en la oficina de su casa en Seixalbo. // VICTOR BARRO