El 3 de febrero, siempre que el calendario del juicio de la ‘Zamburiña’ no sufra modificaciones, declarará en calidad de testigo ante la Audiencia Provincial de Ourense el comisario Amable Valcárcel Alonso. Ese mismo día también están citados su número dos de entonces, José Luis de Luis; su sucesor, Antonio Álvarez; el inspector y subinspector de la UDEV de comisaría y otros cinco policías. Estas declaraciones están propuestas por la defensa del exjefe antidroga acusado, Antonio R. F. En las dos semanas y media de testifical a partir del lunes, más de medio centenar de agentes, a mayores de 30 efectivos de Asuntos Internos, prestarán declaración en calidad de testigos en el macrojuicio.

Amable Valcárcel fue el jefe provincial de la policía entre 2013 y 2016, cuando se jubiló. En su época se registraron los críticos episodios de esta comisaría: el envío del anónimo inicial a Asuntos Internos, en noviembre de 2014, tras la sustracción de seis armas en el búnker, en agosto de ese año, y la intervención de la unidad secreta, en noviembre de 2015, con la desarticulación de la anterior unidad antidroga por una presunta protección a traficantes. Valcárcel cesó el 4 de abril de 2016. Cinco días más tarde, con un inspector jefe de la Policía Judicial ejerciendo como comisario accidental –también este agente, ya jubilado, testificará en la vista–, Celso B. A. apareció muerto en su despacho de un disparo con una de las seis armas desaparecidas (había tres en esa habitación).

“Lo pasé muy mal. Me dolió sobre todo por el daño a compañeros y al prestigio de la Policía Nacional”, recuerda Amable Valcárcel, que desde 2007 había ejercido como jefe provincial de operaciones de la comisaría, el cargo de número dos. “Desde el principio tenía muy claro qué había pasado. A los 10 días sabía por dónde iban los tiros. Lo sabíamos tres personas en la comisaría. No conté mis sospechas ni al juez ni a los compañeros de UDEV que investigaban, para que ellos mismos llegaran a la conclusión y a la verdad del asunto, de forma documentada. Para mí el robo de armas y el anónimo estaba unido”, dice el comisario.

En su réplica a las denuncias de nulidades por parte de las defensas, la fiscal leyó la transcripción de una conversación entre dos policías –ajenos al caso–, en la que uno llegaba a decir que “se medio tapó, se tomaron unas declaraciones y quedó en stand by” la averiguación de la primera desaparición de tres armas de la que se tuvo constancia, en el mes de agosto de 2014, aunque posteriormente la UDEV apuntaría a que la apropiación de las otras tres –un hecho conocido en febrero de 2015– se cometió probablemente también en el mismo momento. “Ponen de manifiesto que la comisaría está tapando la investigación de la desaparición de las armas”, afirmó Pilar Manso. “Si la propia UDEV, que no había hecho ni una inspección ocular, informa de que no había delito, es lógico que el juez dictara auto de sobreseimiento. Sin embargo, la UDEV sí hizo constar una semana antes, en el registro internacional, que se había producido una desaparición, apropiación indebida o extravío de las armas. Al juez no se le pone en conocimiento de ese hecho. Quien no investigó fue la UDEV, le ocultó datos importantes”, manifestó Pilar Manso ante el tribunal.

Amable Valcárcel lo niega. “Fue todo lo contrario a tapar o a ocultar; se actuó con la máxima transparencia”, defiende. “Cuando detectamos la falta de las primeras, creímos que era un fallo o extravío, porque eran armas viejas depositadas por jubilados, sin apenas valor, y si alguien en comisaría quisiera robar pistolas iría a las taquillas, no al armero. Tras el segundo anónimo [febrero de 2015, el que llegó a la prensa], promuevo una reunión con el fiscal jefe y el juez, a la que también asiste mi segundo, José Luis de Luis, pidiendo que se unificaran las causas porque sabíamos que todo era parte de lo mismo”. Valcárcel, que asegura que entonces no conocía la existencia del primer anónimo, remitido a Asuntos Internos, dice que juez y fiscal se mostraron abiertos a vincular todo. “Habíamos acordado que sí, pero al día siguiente, UDEV llamó a Instrucción 1 para remitir el atestado y en el juzgado dijeron que fuera a reparto. Recayó en Instrucción 2 y Asuntos Internos achacó después que intentamos ocultar el hecho al juez del 1”.

Valcárcel afirma que se enteró de que Asuntos Internos investigaba a su comisaría el mismo día de las detenciones de la ‘Zamburiña’, en noviembre de 2015. Valcárcel defiende la “honradez” de los 4 agentes acusados. “La investigación no fue lo suficientemente rigurosa y sorprende que se le diera valor a un anónimo cargado de pruebas prefabricadas y falsas. ¿En qué cabeza cabe que en una comisaría como Ourense pudiera haber una trama de venta de armas a Portugal, o que se facilitaran pruebas a traficantes? Imposible. Yo estoy con la tesis de UDEV, que hizo una investigación rigurosa y laboriosa, como así está documentado”.