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Las 167 aldeas en las que se apagó la luz

Aldea de A Barca en Cortegada, que el concello cede hace años a precio cero para restaurar. | // BRAIS LORENZO

Cuarenta y siete de los noventa y dos concellos de la provincia tienen alguna aldea que ha sucumbido a causa del éxodo de población cuyo ritmo marcan la emigración o los decesos, hasta quedarse a cero habitantes y engrosar la lista del nuevo tópico de la “España vaciada”.

En el último Nomenclátor de Núcleos de Población hecho público ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los números reflejan personas, y en 67 núcleos singulares (lo que serían administrativamente aldeas) hay cero habitantes empadronados, es decir que han desaparecido. A esa lista hay que añadirle, de acuerdo al mismo censo oficial, otros 113 núcleos en los que solo vive una persona.

En esa lista de núcleos desaparecidos, el municipio de Castro Caldelas suma veinte aldeas que llevan años sin ningún vecino empadronado. Le sigue Montederramo con trece, así como los concellos de San Amaro y Gomesende con diez núcleos vacíos cada uno y los municipios de O Irixo, San Xoán de Río con nueve aldeas en cada caso, que “hicieron “off” hace ya muchos años. Ellos comparan por porcentaje esa aparente lista negra del INE.

Pueblo a la venta con cine y capilla en Ribeira Sacra. | // FDV

“Vuelven el fin de semana”

Sin embargo “no es lo mismo un pueblo sin habitantes empadronados que un pueblo sin vida”, puntualiza la alcaldesa de Castro Caldelas, Sara Inés Vega, orgullosa además de que al fin, pese al declive, el censo de habitantes aumentó en los últimos meses en sus municipio. Pone como ejemplo de que la realidad no es siempre tan hostil en el rural, el caso de núcleos que figuran como desaparecidos en el nuevo listado, tales como el de Trabazos, pero en el que “al igual que otros aquí los llamamos barrios, y no aldeas, y en los que durante todo el verano y fines de semana vuelve la gente a sus casas”.

En igual situación se encontraría A Touza, donde aparece una sola vecina empadronada, Amparo. Ella se quedó viuda hace un año y en este caso “sí vive todavía en este pueblo de Castro Caldeas, pero hay gente que aunque no esté empadronada vive en otras casas de ese pueblo durante muchos meses al año, hay otras adquiridas y restauradas, no es un pueblo muerto”, explica la alcaldesa de Castro Caldelas.

Santa Tecla es otro de los núcleos que ha recobrado vida con la llegada de nuevos habitantes y además con proyectos de vida y trabajo en ese núcleo rural de Caldelas.

Esa es la clave. Según Elvira Fafián, la directora de la primera web inmobiliaria que se puso en marcha en España bajo el aclaratorio nombre de “aldeasabandonadas.com”, afirma que cada vez tienen más claras sus prioridades.

“Es cierto que sigue habiendo personas interesadas en comprar en el rural y más después del confinamiento, pero insistimos en que si se va a un pueblo, lo hagan partiendo de un proyecto claro de vida y trabajo y para involucrares con el entorno, de otro modo la compra será un fracaso y en poco tiempo querrán deshacerse de la vivienda. Eso también creará una herida y recelos en los vecinos de ese núcleo cuando los haya”.

Elvira Fafíán, directora de aldeasbandonadacom. | // FDV

A Barca, cesión a precio cero

El de la provincia de Ourense no es un caso aislado. Hace unos días salía la noticia de un pueblo de Palencia, Tabanera de Cerrato, de 42 habitantes cuyo ayuntamiento anunció la cesión de una casa ay explotación de tienda anexa para atraer a una familia con hijos para empezar a repoblar el pueblo. Tuvieron cientos de peticiones.

Sin embargo pueblos abandonados como A Barca, en Cortegada Ourense, cuyo concello lo cede gratis, no consiguen candidatos.

Elvira Fafián explica que “ese proyecto tiene su complicación. El concello lo cede por un tiempo pero para restaurarlo y dedicarlo a turismo rural, hay que invertir unos dos millones de euros. Son momentos difíciles para estos proyectos”.

La directora de ‘aldeasabandonadas’: "Tenemos siete pueblos en venta en la provincia desde 59.000 euros”

Decenas de aldeas gallegas están en venta, y la propia Xunta ultima la puesta en marcha de una web con la relación de más de 3.000 núcleos abandonados, como reclamo para posibles inversores, dispuestos a adquirirlos y devolverlos a la vida. Elvira Fafián reconoce que en la provincia de Ourense su sitio web tiene en lista ahora mismo, solo en el apartado de pueblos vacíos a la venta, siete ofertas concretas, “alguna desde 59.000 euros, como ocurre con una aldea de tres casas en Amoeiro, otra de tres en Ribeira Sacra hasta inversiones ya en otros apartados de mayor calado como son antiguas bodegas, pazos, casas rectorales”, explica. De hecho sigue en venta en algunas webs una parte del histórico monasterio de San Montederramo, como vivienda. Llaman la atención en la oferta de la firma de la web “aldeasbandonadas”, algunas opciones que, pese a llevar años en cartera, no consiguen ese inversor que les haga frente. Una de ellas es un llamativo poblado integro en la Ribeira Sacra, que tiene entre sus construcciones, casi todas muy deterioradas, desde un cine, capilla o una residencia de 1.000 metros cuadrados, por 260.000 euros, todo ello con licencia para explotación turística pero altos costes de restauración para ponerlo en marcha. Otra aldea de seis viviendas, algunas válidas para residir en ellas, han bajado su precio de 130.000 a los 100.000 actuales. Hay otro anuncio que, por 400.000 euros, ofrece toda una aldea restaurada casi en su totalidad, y con amplias zonas de recreo, piscinas y demás pero, ¿es realmente el momento de invertir en el rural como se dice?. “Vemos que muchas personas que invierten sin un proyecto claro de vida y negocio, acaban marchando. No todo vale en la vuelta al rural. Por eso nuestro trabajo es asesorar a fondo, no vender por vender y tratar de que el proceso tenga éxito y se queden para toda la vida”, afirma Elvira Fafián.

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