El debate técnico de las cuestiones previas, en el que las defensas basan buena parte de su éxito, abre el lunes, desde las 10 horas, el macrojuicio de la operación ‘Zamburiña’. Intervendrán los 11 abogados y la fiscal. Después, en los días siguientes, será la hora de los interrogatorios, hasta el viernes, si se mantiene el plan y no prospera la petición de las defensas de que los 13 acusados puedan declarar al final, una vez haya sido expuesta toda la prueba: 109 testigos, 26 peritos y las escuchas de Asuntos Internos como elemento documental clave.

Tras el aplazamiento acordado el pasado lunes para permitir el aislamiento por contacto estrecho con COVID de uno de los acusados –dio negativo y pasado mañana estará en el juicio, según su abogado–, en el banquillo se sientan 9 presuntos traficantes y 4 policías antidroga a los que la Fiscalía, que pide para tres de ellos pena de prisión, atribuye una “colaboración simbiótica”, ofreciendo presuntamente protección y “cobertura” a sus informantes , favoreciendo” su actividad de narcotráfico a cambio de chivatazos para lograr incautaciones sin esfuerzo. Así, “eliminando a la competencia” de sus confidentes, frustrando con detenciones los alijos de otros, los agentes ganaban “crédito” y “reconocimiento”. Ellos lo niegan y critican que el caso partió de un anónimo de 2014 que contenía “falsedades”, como la atribución a alguno de los agentes acusados del robo de armas del búnker, por el que están investigados en otro proceso los gemelos, testigos en este juicio. Al dar pie ese escrito a las intervenciones telefónicas y registros, las defensas creen que hay nulidad.

La fiscal solicita penas que en conjunto suman más de 100 años de prisión, 13 para la principal presunta traficante y confidente, ya condenada en 2006 por narcotráfico.