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Apuntes sobre el nombre de los nueve obispos santos

Monasterio de San Estevo de Ribas de Sil.

Escudo del monasterio con las mitras de los nueve obispos.

Benito Fernández Alonso realiza una nueva aportación en 1897 sobre la historiografía de los nueve obispos santos de Ribas de Sil en Crónica de los Obispos de Orense. Ourense 1897 pgs 202.205. Al hablar de San Ansurio como Obispo de Ourense (915-922), sigue a Flórez en todo lo relacionado con los obispos publicando la inscripción del sepulcro de Ansurio, tal como la da Muñoz de la Cueva y Morales y Yepes y Masdeu. El santoral de Villanueva pudo también haber sido su fuente.

Hace a los obispos mártires y les llama Ansurio, Bimarasio de Orense, Gonzalo Osorio y Froalengo de Coimbra, Servando, Viliulfo y Pelagio de Iría y Alfonso de Astorga y Orense y Pedro de ignorada sede. Como se ve un verdadero cacao que hace imposible certificar los hechos y más que puedan retirarse al tiempo tres obispos de una misma sede.

1900. Arturo Vázquez Núñez

En el Tomo I número 15 del Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y artísticos de Orense, julio de 1900, publicó Arturo Vázquez Núñez un trabajo, “El monasterio de Ribas de Sil”, y en las páginas 263 y 264 hace referencia a los obispos citado al P. Yepes y un manuscrito que posee de un Padre Alonso Pernas. Da los nombres, repite lo relacionado con las reliquias y sus traslados y anota y deberemos tenerlo en cuenta que los relicarios de la Capilla mayor “en 1712 se restauraron las urnas y se cerraron con rejas de hierro”. Luego habla de que en Pontificado de Clemente X se instruyó expediente solicitando misa y oficio y copia la inscripción de San Ansurio que habría copiado al deshacerse los sepulcros el Padre Pernas cuyo manuscrito parece tenía Vázquez Núñez en su poder.

1969 Manuel Rodríguez

Hacia este año el Hermano Manuel Rodríguez, marista redactó una Hagiografía de Galicia en la que quiso recoger con exhaustividad datos precisos sobre santos gallegos. Quedó inacabada y por eso no se ha llegado a publicar, He tenido intención como sucesor suyo en el Seminario de Hagiografía. Toponimia y Onomástica de Galicia ser yo quien la completase y editase, pero no lo he hecho.

1976 Cesareo Gil Atrio

En su obra Santos Gallegos, Santiago de Compostela 1976 en las páginas 179-180 recoge brevemente el culto de estos obispos citando en nota a Yepes, Tamayo, Molina, Morales, Fernández Alonso y Vázquez Saco.

1977 Emilio Duro Peña

El monasterio de San Esteban de Ribas de Sil. Orense 1977. (Páginas 27-32) Ha escrito sin duda la obra más completa y documentada sobre el cenobio, pero de los principios, no habiendo documentación, se limita reconociendo la falta de documentos de los tres primeros siglos, a recoger no críticamente la tradición recogida por Yepes que parece ser el inspirador único de todas estas historias, señalando que la historia verdadera comienza con el privilegio de Ordoño II expedido el 12 de octubre de 921 concediendo a Franquila el lugar de San Esteban con todo su entorno para que construyese allí una basílica o monasterio. Documento que confirman sucesivamente diversos personajes comenzando por Ansurio, obispo de Ourense que asistiría al acto, Rosendo de Dumio, Sisnando de Iria y posteriormente diversos reyes, confirmaciones que lógicamente siempre habrían sido propiciadas por el propio monasterio. El protagonista de estos comienzos es Franquila. Y sobre los nueve obispos se limita a lo que dice la tradición y ella es también la que, según Duro, trasmite sus nombres “Ansurio o Assurio – que Morales llama Isauro; Vimarasio, Gonzalo Osorio, Froalengo, Servando, Viliulfo, Pelayo, Alfonso y Pedro” y ya deduce que los tales no habrían coincidido al mismo tiempo sino que sucesivamente, a lo largo del siglo X y XI, se habrían refugiado y muerto en el monasterio. Pero hasta el siglo XIII no hay señales de su veneración y ello por el testimonio del privilegio de Alfonso IX de León de 9 de enero de 1220 concediendo notables donaciones por veneración a los nueve cuerpos allí sepultados y por los que Dios hace milagros.

Duro afirma que Flórez con buen sentido no hace atribución de sedes, pero otros como Morales, Yepes y Muñoz de la Cueva les asignan las sedes que repetidamente citamos “En realidad lo que conocemos de la mayoría de estos nueve obispos, son sus nombres, su retiro y muerte en San Esteban y su fama de santidad. Casi todo lo demás ha quedado en el olvido y la atribución de sedes es confusa y necesita ser aclarada y rectificada a la luz de las investigaciones modernas…” Recuerda que Tamayo Salazar los reduce a 7 uno por cada una de las sedes gallegas de entonces tomándola de Molina. Continúa afirmando la historicidad de Ansurio como obispo de Ourense y de los demás deja abiertas las dudas sobre sus destinos y hasta existencia. Recuerda que en el claustro solo había 6 sepulcros suponiendo que los otros tres estarían en el suelo por mayor humildad.

Continua Duro dando cuenta de los traslados de las reliquias y se detiene en el documento de 1662 al que luego me referiré con el proceso informativo para conseguir el rezo y misa para los santos obispos. Y subraya que la parte más interesante de las declaraciones hace referencia a los milagros obrados por los anillos (no se dice cuántos) “que dicen ser de los santos obispos” que estaban en una caxilla que estaba en el caxon de la plata” y se daban a los enfermos que venían a casa a pedirlos, particularmente a cuartanarios y tercianarios y en sanando los volvían, o se los llevaban cuando no podían venir a recogerlos y al ponerlos con devoción tocarlos, aplicar el agua pasada por ellos a la parte enferma o beberla sanaban rápidamente” y menciona las curaciones obradas por los anillos y termina el capítulo “Por cierto ¿Qué se ha hecho de los anillos? Posiblemente los llevaron los monjes, pues eran suyos.”

Como veremos no los llevaron quizá porque su valor material era escaso y desde luego al colocarlos en las urnas era ya claro que su uso taumatúrgico había desaparecido y ya no tenían que estar accesibles como se constata sucedía en el siglo XVII.

2005 Miguel Ángel González

Naturalmente me he referido a los relicarios actuales sin mucho detenimiento dado el carácter de la obra y por no tener tampoco otros datos que añadir en González García, “Arte” en Ribeira Sacra- Naturaleza, Historia, Arte y tradición León, 2001 pgs 56.

En Relicarios y reliquias en la Diócesis de Ourense. Apuntes para un inventario de las mismas. MEMORIA ECCLESIAE XXVI, Oviedo, 2005 pgs 21-22 escribí: “San Esteban de Ribas de Sil. De la orden de San Benito situado en la Ribeira sacra donde la naturaleza invita al retiro. Precisamente la leyenda quiere que en este monasterio sellan santificado nueve obispos que dejando sus diócesis buscaron la soledad en el claustro. Se veneraron allí como santos, sus mitras son el símbolo del monasterio. Hoy perviven sus reliquias en la capilla mayor en los mismos relicarios que vio Ambrosio de morales cuyo relato es también en esta ocasión muy ilustrativo”. Y luego transcribía el texto de Morales. Y en el listado alfabético incluí los nombres de todos ellos, por supuesto sin entrar en la crítica de la existencia ni otras consideraciones que se podrían haber hecho.

(*) Archivero diocenano

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