Concentración de trabajadores y sindicalistas ayer, en la puerta del Concello de Ourense. | // CARLOS PETEIRO

Pintadas en un autobús y el pinchazo de las ruedas de otro fueron las únicas incidencias del primer día de paros horarios, ayer, en el servicio de transporte urbano de Ourense. Una huelga parcial, que será indefinida a partir del 15 de enero, si antes no hay acuerdo entre la plantilla –117 trabajadores, 90 de ellos conductores– y la empresa. De momento, las diferencias en cuanto a las condiciones de jornadas, descansos y salarios se mantienen. El Concello mediará en pos de un acuerdo. La concesión del transporte urbano, una de las de mayor cuantía anual, está en precario y la flota, obsoleta.

“Los servicios mínimos se han cumplido. Hemos mantenido ya reuniones con ambas partes. Nos han entregado documentación y ahora debemos estudiarla”, dice el concejal Telmo Ucha (DO), que ve posible un acuerdo que evite la huelga indefinida. “Intentaremos acercar posturas y mediar”, explica el edil del gobierno local.

Eso es lo que precisamente solicitan trabajadores y sindicalistas, que ayer se concentraron a la puerta del Concello para hacer visible su conflicto laboral. Los paros en la primera jornada se extendieron de 8 a 10, 13 a 15 y 17 a 19 horas. “Nuestra intención es molestar lo mínimo a la ciudadanía y por eso elegimos empezar con los colegios ya cerrados. Es una llamada de atención, una oportunidad a la negociación”, dice Amador González (CC OO). Piden mejoras laborales, con la regulación de turnos, descansos, festivos y pluses. Los chóferes, “para sacar poco más de 1.000 euros, tienen que hacer muchos turnos y doblajes. En Vigo, en una empresa del mismo grupo, el salario base de los conductores es 500 euros mayor”. La falta de renovación del servicio, además, hace que los autobuses en Ourense sean “tercermundistas”, con carencias en accesibilidad, consumo y climatización.